En febrero lanzaron las liquidaciones de verano pero dos meses después aún las vidrieras tienen la postal del calor. Diego Cid, del CECIS, admitió que la situación perjudica las ventas. «Si seguimos así, la gran esperanza es el Día del Padre», reconoció.
Por el veranito de mayo, con temperaturas que van de los 28 a 31 grados, los comerciantes están desconcertados. En febrero lanzaron las liquidaciones de verano pero dos meses después aún las vidrieras tienen la postal del calor.
Diego Cid, dirigente del CECIS, admitió en diálogo con Telediario que la situación perjudica las ventas. «Si seguimos así, la gran esperanza es el Día del Padre», reconoció.
El comerciante manifestó que «el clima no favorece mucho porque en enero compramos la temporada de invierno y estamos a fines de mayo y no hemos arrancado»
«Estos meses se están poniendo difíciles. Armamos el comercio de acuerdo a las temperaturas que hay. El que tiene un poco de stock de verano intenta venderlo y el que no, sobrevive como puede», enfatizó.