El Pontífice dijo que éso significa «vivir el amor recíproco y hacia todos», en el Angelus dominical celebrado hoy, en el día de la Santísima Trinidad.
El papa Francisco aseguró que «estamos llamados a vivir con y para los otros» y a «edificar comunidades eclesiales cada vez más familiares» en el Angelus dominical celebrado hoy, en el día de la Santísima Trinidad.
El Sumo Pontífice precisó que ése es el sentido del misterio de la Trinidad, dirigiéndose a los fieles reunidos en la plaza San Pedro en un domingo soleado y cálido.
Jorge Bergoglio recordó que la fiesta de la Santísima Trinidad es «el misterio del único Dios en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo».
«Estamos llamados a vivir, no los unos sin los otros, sobre o contra los otros, sino los unos con los otros, para los otros y en los otros. Esto significa acoger y testimoniar concordes a la belleza del Evangelio; vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diferentes carismas bajo la guía de los Pastores», instó el pontífice.
Francisco sintetizó: «En una palabra, nos es confiado la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean siempre y cada vez más familia, capaces de reflexionar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar no sólo con las palabras sino con la fuerza del amor de Dios que vive en nosotros».
«Tratemos de tener siempre alto el tono de nuestra vida, recordémonos para qué fin, para qué gloria nosotros existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos, y a qué inmenso premio somos llamados», destacó.
Fue ésta la exhortación del Papa durante el Angelus, en el ámbito de la explicación del misterio de la Santísima Trinidad que para los católicos significa que Dios, Jesús y el Espíritu Santo son un único Dios pero tres personas.
«La Trinidad, como hacía referencia, es también el fin último hacia el cual está orientado nuestro peregrinaje terreno», remarcó.
El Papa señaló que «el camino de la vida cristiana es un camino esencialmente trinitario: el Espíritu Santo nos guía a la plena conciencia de las enseñanzas de Cristo y también nos recuerda lo que Jesús nos enseño. Y Jesús, a su vez, vino al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos a El, para reconciliarnos con El».
«Todo en la vida cristiana gira en torno al misterio trinitario y es realizado en orden a este infinito misterio!», enfatizó Francisco. De ahí, la exhortación a «mantener alto el tono de nuestra vida».