En vísperas del aniversario del secuestro de las chicas de su colegio para pupilas, la premio Nobel de la Paz 2014, la paquistaní Malala Yousafzai, herida de bala por los talibanes por promover la educación femenina, aseguró este lunes en una misiva dirigida a las 276 secuestradas que «nunca» serán olvidadas.
El primer aniversario del secuestro de casi 280 chicas por parte del grupo islamista se cumple hoy en Nigeria sin noticias de las rehenes, en medio de mensajes de solidaridad, reproches al anterior gobierno y exhortaciones al nuevo presidente para que redoble los esfuerzos para hallarlas con vida.
En vísperas del aniversario del secuestro de las chicas de su colegio para pupilas, la premio Nobel de la Paz 2014, la paquistaní Malala Yousafzai, herida de bala por los talibanes por promover la educación femenina, aseguró este lunes en una misiva dirigida a las 276 secuestradas que «nunca» serán olvidadas.
Asimismo, en un recordatorio de los efectos en la niñez de la brutal campaña de Boko Haram y las ofensivas militares para combatirlo, el organismo de la ONU para la infancia, Unicef, aseguró que 800.000 niños debieron abandonar sus hogares por el conflicto en el norte de Nigeria.
Además, en Ginebra, un grupo de relatores de la ONU alertó que raptar y violar a niñas puede constituir un crimen contra la humanidad y urgieron al gobierno nigeriano a tomar todas las medidas necesarias para localizar a las niñas y devolverlas a sus padres «sanas y salvas».
La noche del 14 de abril de 2014, miembros de Boko Haram ingresaron en un centro educativo de Chibok, una ciudad del noreste de Nigeria, y secuestraron a 276 chicas, en la acción más famosa y trágica del grupo yihadista que mantiene en vilo al país africano con su ofensiva para instaurar un califato.
Medio centenar de hombres armados llegaron en camionetas e irrumpieron violentamente en la escuela, pero esta vez, en lugar de asesinar a profesores y alumnos mientras dormían -como sucedió en otras acciones de Boko Haram-, decidieron capturar a las jóvenes estudiantes.
Un centenar de las chicas logró escapar de los yihadistas, pero del resto no se supo más tras el masivo secuestro, hasta la difusión de un video en el que el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, anunció que iba a venderlas como esposas en diferentes países como los vecinos Camerún, Chad y Níger.
El masivo secuestro alarmó no sólo al pueblo nigeriano sino a gran parte de la comunidad internacional, que no dudó en criticar al entonces presidente Goodluck Jonathan por cómo manejó la búsqueda de las chicas, especialmente porque Boko Haram actúa en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, donde la gestión de gobierno no es tan efectiva como en el sur del país, de mayoría cristiana.
«Su gobierno falló en la prevención de estos crímenes, en su persecución y en la protección de las víctimas», dijo este lunes en un comunicado el director la Federación Internacional para los Derechos Humanos, Karim Lahidji, citado por la agencia EFE.
«El nuevo presidente electo en Nigeria, Muhammadu Buhari, tendrá que hacerlo mejor y más rápido», dijo, en alusión al vencedor de las recientes elecciones, el primer mandatario musulmán del país, la primera potencia de Africa.
La captura de las chicas conmovió a tal punto que se lanzó una campaña en las redes sociales «BringBackOurGirls» («Traigan de vuelta a nuestras niñas»), de la que participaron varias personalidades, como la primera dama estadounidense, Michelle Obama, pero que fue perdiendo interés.
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