Los delincuentes se comunicaron con la familia sólo una vez y pusieron plazo hasta hoy. Antes, dejaron un extraño mensaje que apunta a una presunta pista policial. Solicitan 1.400.000 pesos, una suma que no deja de llamar la atención de los investigadores.
Desde hace 48 horas mantienen secuestrado a un hombre en Córdoba. Los delincuentes se comunicaron con la familia sólo una vez y pusieron plazo hasta hoy. Antes, dejaron un extraño mensaje que apunta a una presunta pista policial. Solicitan 1.400.000 pesos, una suma que no deja de llamar la atención de los investigadores.
Según informa el diario La Voz del Interior, tanto en la Justicia federal como en Jefatura de la Policía, al igual que en barrio José Ignacio Díaz, cuarta sección, el secuestro de Carlos Córdoba (73) preocupa demasiado.
El hombre permanece cautivo a manos de una banda aún desconocida desde el viernes a las 23, cuando un grupo de al menos tres personas vestidas como policías, con chalecos antibalas, irrumpió en su vivienda de calle Abarca y Velazco, entre Circunvalación y Camino a Interfábricas, al sudeste de la ciudad de Córdoba, donde explota una rotisería.
Luego de atar a su mujer y a una empleada del comercio que allí funciona, los hombres de azul introdujeron a Córdoba por la fuerza en una Chevrolet Meriva oscura y desaparecieron de la zona.
Horas después, comenzarían las primeras llamadas extorsiva, en la que primero solicitaron un rescate de 100 mil dólares, según se pudo establecer pese al hermetismo con que hasta ahora se han manejados los investigadores y la fiscalía federal Nº 2, a cargo de Gustavo Vidal Lascano.
El caso, caratulado como “secuestro extorsivo” cuenta con varios elementos que mantiene un tanto desconcertados a los detectives de la división Antisecuestros.
Córdoba es padre de Daniel Córdoba, un hombre vinculado al narcotráfico y a la Policía de Córdoba, vínculo que quedó expuesto en el caso conocido como “narcoescándalo” que hoy tiene a seis policías de Drogas Peligrosas detenidos y a punto de ir a juicio, según la instrucción realizada por el fiscal federal Nº 1, Enrique Senestrari.
En medio de la ebullición mediática de aquel caso, a mediados de 2013, Córdoba apareció en una presunta cámara oculta asegurando que él fue narcotraficante durante 20 años y que actualmente “colaboraba” con los policías antidrogas enviándoles información para luego quedarse con algún porcentaje de lo secuestrado en los operativos.