Los problemas de aprendizaje de un niño pueden tener su origen en un problema auditivo, un factor muy frecuente en el aula pero pocas veces considerado. Cómo detectarlo y corregirlo.
Después de las vacaciones y antes de que comience el año escolar, es buen momento para prestar atención a los factores que pueden incidir en el desempeño académico de los hijos. Los problemas de aprendizaje de un niño en clase, que suelen asociarse a trastornos del desarrollo o de atención, en realidad podrían deberse a un problema auditivo. Paradójicamente, se trata de un factor muy frecuente en el aula, pero pocas veces es tenido en cuenta por docentes, padres o familiares.
En la edad escolar, es muy importante la visita al otorrinolaringólogo, al menos una vez al año.
«Aproximadamente 1 a 3 niños por cada 1000 que nacen tienen algún tipo de pérdida auditiva, y aunque muchas veces se desconocen las causas, existen diferentes tratamientos dependiendo del tipo de pérdida auditiva. Detectarla a tiempo y encontrar la solución adecuada es fundamental para asegurar que el niño desarrolle el lenguaje correctamente y se adapte al ritmo de enseñanza con mayor facilidad», explica Romina Piccione de D’Andrea, especialista en rehabilitación auditiva.
La audición está estrechamente ligada a la adquisición del habla. Los primeros dos años de vida constituyen la fase de desarrollo más importante en la audición de un niño. La capacidad del cerebro para desarrollar y comprender el lenguaje va disminuyendo gradualmente en el niño con pérdida auditiva que no recibe ningún tratamiento. Esto significa que cada vez será más difícil aprender a hablar después de este período.
Para evitar esto, es fundamental que los padres en casa y las maestras en la escuela sepan reconocer los indicios de un niño con dificultades para escuchar correctamente.
La capacidad del cerebro para desarrollar y comprender el lenguaje va disminuyendo gradualmente en el niño con pérdida auditiva que no recibe ningún tratamiento.
Para detectar posibles dificultades auditivas en la edad temprana existen chequeos audiológicos, como las otoemisiones acústicas, que forman parte de los exámenes neonatales. En muchos casos, estos estudios van acompañados de otros complementarios como potenciales evocados auditivos y audiometrías, dependiendo de la edad. En la edad escolar, es muy importante la visita al otorrinolaringólogo, al menos una vez al año.
Las maestras pueden detectar si un alumno tiene dificultades de escucha cuando:
• El alumno no responde cuando se lo llama o se le pide algo.
• Tiene problemas para distinguir de dónde viene el sonido.
• Requiere que se le repitan las consignas frecuentemente.
• No cumple órdenes o malinterpreta las instrucciones.
• En la producción oral o escrita, modifica frecuentemente alguna letra o palabra.
• Al dar una orden, se observa que habitualmente actúa imitando a sus compañeros.
• Pregunta «¿Qué?» con frecuencia.
• Se precibe una diferencia en la comprensión de consignas en los diferentes entornos (silencioso o ruidoso).
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es “sí”, o ante cualquier otra duda sobre el progreso del desarrollo auditivo o lingüístico del niño, es recomendable consultar a un pediatra u otorrinolaringólogo.
Seis consejos para trabajar en clase con niños con problemas auditivos
• Generar un ambiente áulico sin ruido externo.
• Sentar al niño lo más cerca posible del escritorio del docente.
• Mantener un lugar fijo para hablar en el aula, en lo posible de frente.
• Chequear la comprensión de consignas con preguntas.
• Si fuese necesario, apoyar la consigna con material gráfico y/o escrito.
• Informar a los padres sobre cambios que se presenten en la comprensión o percepción auditiva del paciente en el aula, recreos, actividades especiales.
En caso de que el alumno esté equipado con un dispositivo auditivo, es importante conocer las características del mismo, los alcances y las expectativas a nivel lenguaje y comprensión. En algunos casos, a veces, es necesario un apoyo y un asesoramiento especial para docentes desde los profesionales de la audición que trabajan con el niño.
Soluciones
Afortunadamente existen múltiples soluciones que pueden ayudar a niños con hipoacusia, dependiendo del tipo y grado de la pérdida auditiva: audífonos, implantes cocleares, implantes de estimulación eléctrica acústica, implantes de oído medio e implantes de conducción ósea.
Detectar una pérdida auditiva lo más pronto posible y encontrar el tratamiento adecuado es clave para asegurar las mejores posibilidades de desarrollo audio-lingüístico y, con ello, la confianza en sí mismo.
En la Argentina, los implantes auditivos de estimulación coclear se encuentra dentro del P.M.O (Programa Médico Obligatorio), que es el conjunto de prestaciones a las que tiene derecho toda persona beneficiaria de la Seguridad Social.
Fuente Clarín