Liberaron a «Conejo» y el crimen de Lola se quedó sin sospechosos

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Era el principal apuntado, pero no hallaron pruebas. Investigarán la lista de pasajeros del micro en el que la chica fue a Valizas.

castro

El show que en las últimas 48 horas se montó alrededor de Richard Alejandro Gutiérrez, a quien los investigadores marcaban como principal sospechoso de haber matado a Lola Luna Chomnalez (15), tuvo ayer su último y lamentable capítulo. Este pescador y changarín, conocido como «Conejo», fue liberado después de poco más de ocho horas de interrogatorios, ruedas de reconocimiento y hasta un careo en el Juzgado de Rocha.

La búsqueda del asesino de la adolescente, encontrada muerta bajo una acacia en la playa de Valizas el martes 30 de diciembre, vuelve de esta manera -una vez más- al desconcierto total y, después de diez detenciones, la investigación empieza a tomar color de papelón. Nada de lo dispuesto en la indagatoria de ayer por la jueza Marcela López Moroy dio positivo como para que «Conejo» estuviera ni un minuto más esposado. El primer gol en contra fue el resultado negativo de la rueda de reconocimiento ante Ricardo, el hombre que encontró el cadáver de Lola, y de un carpintero que declaró haber visto a alguien sospechoso.

Tampoco funcionó, en cuanto a encontrar un culpable, el careo entre Gutiérrez y Juan Sosa (20), el chico que le ofreció a «Conejo» compartir el trabajo de pintar el techo de una casa entre el sábado 27 y el domingo 28, el fin de semana que Lola estuvo en Valizas. Sosa le había dicho a Clarín, en una charla exclusiva, que «Conejo cortó el trabajo el domingo entre las 15 y las 18». Eso mismo le contó a López Moroy. «Pero hubo una diferencia entre la hora que dijo uno y la que detalló el otro», explicó a este diario alguien que presenció el careo.

Además, Sosa había dicho que cuando Conejo volvió, lo hizo con mortadela y unas galletas, y que le preguntó con qué dinero la había comprado. Entonces, según Sosa, Gutiérrez le dijo que se había encontrado dinero. Pero en este punto, el careo sacó a luz otra confusión.

«Richard bajó del techo y se encontró con su madre, y luego la mujer le dio dinero para que comprara comida. Entonces él volvió al rancho donde estaban trabajando con la comida», explicó a Clarín Angel Sosa, abogado de «Conejo», quien además aclaró que el episodio del dinero encontrado fue el «lunes 29 a la noche y Gutiérrez se encontró 500 pesos uruguayos». El dato de la plata no era menor, ya que aportaba un posible móvil: el robo.

Evidentemente, esto, entre otros argumentos, fue creíble para la jueza, ya que un rato después liberó al detenido, quien abandonó el edificio junto a su madre. El falso sospechoso saludó desde lejos a la prensa que aguardaba su salida, señaló a algunos periodistas e hizo gestos con su dedo índice en la cabeza, como quien dice de otro que está loco.

Esto tiene que ver con que ayer por la mañana, el diario El País de Montevideo había asegurado que él había confesado el crimen. El dato fue desmentido horas después por el Ministerio del Interior de Uruguay.

El abogado de «Conejo» criticó a cierto sector de la prensa y también el accionar de la Policía, quien había comunicado que habían detenido a su cliente tras un operativo. «Gutiérrez estuvo hasta el 4 de enero en Valizas y después se fue a Cabo Polonio. El miércoles volvió a Valizas y su hermana le dijo que lo buscaba la Policía, entonces decidió ir voluntariamente al destacamento. Antes de llegar se cruzó con un patrullero, lo paró y se subió. Nadie lo detuvo y es evidente que en realidad no lo buscaban, o lo hacían mal», aclaró indignado. Otro actor importante del caso comentó: «La Policía montó un show pero nunca lo buscó como debía». (Clarín)

 

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