Ladrones sin límites: Se fue de vacaciones a la Costa y le robaron su implante coclear

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La joven, de 21 años, lo necesita para oír. Es de Lanús y la desvalijaron en Villa Gesell junto a otros jóvenes con sordera.

robo

Sofia Impagliazzo (21) nació con sordera y cuando tenía siete años fue sometida a un implante coclear. La semana pasada había ido a pasar unos días de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de amigos, todos ellos con el mismo tipo de discapacidad. Hubo algunos días feos, hasta que el lunes último salió el sol y decidieron ir a la playa. Al volver, encontraron el departamento todo revuelto. Una banda de asaltantes forzó una ventana, entró al lugar y escapó con ropa, dinero, documentos, pases de discapacidad y el implante de Sofía, que tuvo que volverse a su casa de Lanús sin un peso y con la desesperación por recuperar el equipo.
Sucedió en una casa alquilada por el grupo de amigos ubicada en avenida 7 al 2200, entre calles 122 y 123, de esa localidad balnearia. «Ellos se dieron cuenta que les habían robado al volver de la playa, a eso de las 22.30. Tuvieron que venirse todos a Buenos Aires porque los dejaron sin plata», le contó a Clarín Sol, hermana de la joven. «Sofía nació con esa discapacidad. El implante coclear es una operación muy costosa y el equipo es importado. Consta de dos partes. Una es interna y va dentro de la cabeza, con lo cual lo que se robaron solo le sirve a ella. La parte del equipo implantada hace como un juego con la parte externa», acotó Sol.
Lo que permite el implante es transformar las señales acústicas en señales eléctricas y estimular el nervio auditivo. El micrófono recoge los sonidos, los codifica y los transmite a un receptor, que se implanta en el hueso mastoides, detrás del pabellón auricular. Los electrodos colocados en el oído interno estimulan las células nerviosa que aún funcionan y a través del nervio auditivo reconoce sonidos.
A Sol le robaron la parte externa, que se conecta mediante un cable o un imán con la interna. «Ya de por sí hay problemas con la importación del equipo. Y hace unos meses tuvimos dificultades para conseguir la batería y mi hermana estuvo varios meses sin poder usarlo. Además, cada seis meses tiene que calibrarlo», agregó la joven.
Sol y su familia sospechan que los asaltantes sabían que estaban robándole a un grupo de gente con sordera: «Entre lo que se llevaron había varios documentos: certificados y pases de discapacidad».
Según le describió a Clarín la hermana de la víctima, para entrar a la casa arrancaron la reja de una ventana. «A una de las chicas le llevaron la valija completa. A mi hermana le faltó una mochila en la que tenía el implante con el cargador y las pilas, además de 3 mil pesos que tenía para esos días. A otro de los amigos también le robaron la valija, teléfonos celulares, el GPS y el estéreo del auto. Se tomaron todo el tiempo que quisieron, porque la ropa que se llevaron era toda de marca y aquella que les pareció que era de segunda, la dejaron tirada en la casa».
«Lo más importante es que el equipo no le sirve a nadie, solo a ella. Y ella necesita su implante para poder oír. Apelamos a la solidaridad sobre todo de los geselnos. Sofía quiere volver a oír y darse vuelta al escuchar su nombre», concluyó su hermana.

 

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