Un fotógrafo se metió por las grietas del Mendenhall, un gigante de hielo en Alaska y registró bellísimas imágenes de sus profundidades.
El glaciar Mendenhall es un gigante de hielo de 12 kilómetros de extensión ubicado en Alaska. Y si bien miles de visitantes se acercan a mirarlo desde lejos, pocos llegan a sorprenderse desde su ángulo tal vez más curioso: su interior. Uno de los que pudo entrar a ese mundo “surrealista” es Kent Mearig, un fotógrafo que, junto a su cámara, logró retratar el glaciar desde las profundidades.
«Con los años, el glaciar de Mendenhall se ha convertido en un fiel compañero para mí», dice Mearig quien vivió durante 20 años en la ciudad de Jueau, muy cerca del glaciar, y que por eso asegura sentir una atracción grande por ese inmenso bloque de hielo.
Para llegar a estas cuevas congeladas hay que emprender una travesía que requiere un tramo en kayak, caminata, escalada en hielo y, claro, animarse a ingresar en las cavernas que en algún momento podrían desplomarse. El resultado de esta travesía tiene un fin espectacular. Las imágenes no dejan decir lo contrario.
