Canals, postales de dolor y misterio

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La localidad de casi nueve mil habitantes vive sus horas más tensas, tras el hallazgo del cuerpo de María Eugenia Villafañe. Un caso complejo, de relaciones desconocidas con cercanía al poder y que podría provocar un temblor en la cúpula de la Unidad Departamental Unión.

Por Martin Urricelqui

Enviado especial

Es domingo y como en cualquier pueblo pampeano cerca del mediodía, uno espera encontrarse con un marcado silencio y un escaso movimiento, pero no es así. En el centro de la localidad de Canals, donde el viernes cerca de mil personas se convocaron para pedir justicia por María Eugenia, la gente circula como si estuviese inquieta.

Además, es llamativo el amplio despliegue policial que incluye custodia en la comisaría local, un par de comercios y la casa del intendente, «para evitar desmanes», como señalaron a este medio.

Hasta hace un mes, María Eugenia Villafañe transitaba las calles del pueblo en su bicicleta para cumplir con los dos trabajos que le permitían criar a sus cinco hijos. Hoy, «María Eugenia» es el nombre que retumba en cada rincón de la localidad, famosa por su fiesta anual del «Oro Blanco», donde se homenajea a la leche, principal producción de la región.

Su numerosa familia y sus días dedicados al trabajo en una panadería y una chacinería, seguramente le dejaban poco tiempo para las amistades.

En sus trabajos, aun no salen del asombro. En los días que fueron desde su desaparición hasta el conocimiento de la noticia luego de la denuncia, la propietaria de uno de los locales en los que trabajaba intento comunicarse con ella, pero no pudo. La sorprendió que no respondiera, «porque era sumamente responsable y cumplidora», pero el asombro seria mayor cuando conociera que la joven de 33 años, que tenía cinco hijos y le ayudaba en la venta de chacinados, ya no volvería.

 «Solo querer»

Tomados de la mano y sin vacilaciones, José y Virginia Villafañe repiten varias veces que «lo único que hizo María Eugenia fue querer»

En la humilde vivienda ubicada en la periferia de Canals, los padres de la joven, quienes encabezaron la búsqueda a lo largo de este mes, recuerdan que María Eugenia «era confiada» y describen una vida sufrida, que tuvo a la joven como protagonista.

María Eugenia fue madre soltera a los 17 años, mantuvo una relación con el padre de sus otros tres hijos, pero fue víctima de la violencia mas cruel: la violencia de género.

«La golpeaba, venia con marcas y moretones acá y al trabajo. Nosotros y ella denunciábamos pero nunca le hicieron nada», señaló Virginia Villafañe, quien además dijo que no tienen dudas de que Walter Aragallo, el único detenido hasta el momento, estuvo detrás de la desaparición y muerte de su hija.

Aragallo, un empresario y político de Canals, sería el padre del último hijo de María Eugenia, que tiene 10 meses y había protagonizado, según sus padres, algunos episodios de violencia con la joven.

«El también la golpeaba y la denigraba. La solía llevar de viaje, pero para no volver con ella al pueblo la dejaba tirada en la ruta, sola, de noche y ella tenía que buscar como volver», relató José Villafañe.

Para Villafañe, «el desencadenante fue que ella le pidió que le pasara una cuota alimentaria».

Poder y sospechas

María Eugenia desapareció el 11 de diciembre, pero la familia recién pudo radicar la denuncia el domingo 14 a las diez de la noche.

José Villafañe fue cuatro veces a la comisaría local para pedir que buscaran a su hija, pero el comisario Sergio López, que se encontraba a cargo de la dependencia policial local, interpuso obstáculos para que la denuncia no se radicara.

Con precisión de los detalles, Villafañe recuerda aquel domingo en que en reiteradas ocasiones se acercó a la sede policial. «Cuando fui la primera vez, él me dijo si ella tenía una relación y cuando le dije de Aragallo, él dijo: ‘bueno, yo lo llamo a Walter a ver si sabe algo. Cuando volví más tarde e insistí con la denuncia, me amenazo: ‘mira que mientras más busques, peor es, porque vas a terminar encontrando muerta a tu hija».

La familia no puede dejar de relacionar estos hechos con una supuesta complicidad.

En la localidad hablan de algún tipo de relación entre el comisario Sergio López y la familia de Aragallo. Son sólo rumores, pero lo cierto es que pasados algunos días desde la desaparición, López y otros dos oficiales fueron trasladados hacia la comisaría de Laborde, y fue el mismo Jefe de la Unidad Departamental Unión quien bajó a Canals y se hizo cargo del operativo de búsqueda.

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