Peritos geólogos del departamento forense realizaron un relevamiento en la quinta que fue propiedad de los Vargas para intentar hallar rastros de Nicolás Sabena, el joven desaparecido en septiembre de 2008.
Peritos geólogos del departamento forense realizaron un relevamiento en la quinta que fue propiedad de los Vargas para intentar hallar rastros de Nicolás Sabena, el joven desaparecido en septiembre de 2008.
A pedido de la querella, intentan buscar lugares donde podrían haberse realizado excavaciones clandestinas.
El operativo es encabezado por el Departamento de Geología Forense, integrado por expertos de la Universidad Nacional de Río Cuarto y de la Universidad de San Luis.
Guillermo Sagripanti precisó que se realizan tomografías eléctricas para obtener datos del subsuelo. «Buscamos reconocer anomalías y en algunos casos, determinar posibles excavaciones. Esto sucederá seguramente mañana», enfatizó.
Previo al rastrillaje, que demorará cuatro días, Sagripanti realizó un vuelo por el lugar, evaluó fotografías que están en poder de la fiscalía y sumó los aportes de un testimonio.
“Garras y colmillos”
“Me convertí en una persona desconocida. Me crecieron garras y colmillos. Tuve que aprender a luchar contra la desidia y la falta de interés de algunos funcionarios. Tuve que aprender leyes, estudiar abogacía y otras actividades que me permitieron interpetrar lo que sucedió con mi hijo” Lo dijo Rosa Sabena tras el veredicto de la Cámara del Crimen que condenó a los tres integrantes de la familia Vargas, por el secuestro y desaparición de Nicolás.
Miguel Sabena, su hijo Federico y Rosa, hablaron con Telediario sobre un fallo que alivió el alma, pero mantiene la misma necesidad de lucha.
enfatizó.
La mujer admitió que “todo fue díficil y pasaron momentos horrorosos”
“Al principio, me encontré con un fiscal con una desidia indescriptible, funcionarios judiciales que decían ayudarme y encubrían a los delincuentes. Tuve que lidiar con todo eso y hacerme fuerte”, señaló.
Rosa destacó que “estaba luchando por lo más importante en la vida de un ser humano, que es un hijo… y él nos daba la fuerza”
“Estuve defendiendo la cría, lo más noble. Quizás he descuidado a mi familia. A Federico, que es lo que más amo en la vida. A mi esposo, a quien también he descuidado”, subrayó.
La madre de Nicolás, convertida en un símbolo como madre del dolor, expreó: “No soy ejemplo de nada, hice lo que haría cualquier madre”.
Para Miguel, “se ha dado un primer paso importante, pero solo el primero”.
“Nicolás estaba todo el tiempo conmigo. Lo llevaba para todos lados y se quedaba en el taller”, recordó.
Afirmó que “la unión de la familia va a seguir hasta que nos llamen de arriba”.
Federico, hermano de Nicolás, lamentó que los Vargas no hayan hablado durante el juicio sobre lo que sucedió con el joven.
“Espero algún día saber qué pasó, por qué. Lograr el duelo definitivo. Hoy solo hubo Justicia en parte. No tengo a mi hermano a mi lado, pero los autores no van a molestar a nadie más”, señaló.
Admitió que “hoy tenemos más fuerza que nunca y vamos a seguir luchando”.
El fallo
La Cámara del Crimen dictó condenas de entre 16 y 18 años para los integrantes de la familia Vargas, acusados por el secuestro y desaparición de Nicolás Sabena, ocurrida en septiembre de 2008.
“Yaca” Vargas fue sentenciado a 18 años de prisión efectiva. Su padre, José Vargas, a 17 años y Lucía Inés a 16 años.
Tras el histórico veredicto, se vivieron momentos de fuerte emoción entre los integrantes de la familia Sabena y decenas de personas que llegaron para acompañarlos.
Rosa dijo que “ninguna pena” podría aliviar la ausencia de su hijo, aunque valorizó la decisión del Tribunal.
Cuando los imputados eran retirados de la sala de audiencias, algunas personas les gritaron “asesinos hijos de puta” y pidieron que digan “donde está Nicolás”.