Parecía que Karina Jelinek había encontrado el amor en los brazos de Juan Soler, el pelilargo hijo del dueño de Señor Tango.
Con el joven empresario, la modelo se animaba a salir en público, pero protagonizaron una desopilante situación cuando él salió escondido en el baúl de su auto tras un almuerzo. En ese momento, Jelinek aseguró: «Es un amigo que se quiso esconder porque no le gustan los fotógrafos. Es como mi hermano (…) Fue una locura, encima me dio el auto para que maneje y yo o sabía ni cómo prenderlo porque nunca lo había manejado».
Fuente: Ciudad.com