Trastornos del sueño

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El descansar diariamente, se ha transformado, en Argentina, en una misión imposible para algunos sufrientes y preocupados ciudadanos; de acuerdo a estudios recientes se estima que el insomnio, en la Argentina, afecta entre el 14% y el 42% de la población en general.
Cuando se logra dormir hay que ver si se logra descansar plácidamente; aquella frase «que tengas buenos sueños» parece ser la clave ya que no siempre son tan placenteros. Cada vez resultan más evidentes los trastornos en el sueño acarreando síntomas de poca importancia en algunos casos y de gravedad en otras ocasiones.
Los pacientes se quejan de no poder conciliar el sueño, de despertarse muchas veces durante la noche aturdidos y con la boca excesivamente seca, demasiado temprano y sin necesidad de despertador, aún los fines de semana y, en algunas oportunidades, no lograr dormir en toda la noche refiriendo que se la pasaron caminando.
Las causas más comunes se relacionan con la fatiga que a lo largo del día el individuo va acumulando, a la irritabilidad, al stress, en otras oportunidades los dolores articulares juegan un papel preponderante, ya que impiden el normal descanso; en la cama los músculos se relajan y es allí donde las articulaciones hacen de las suyas, provocando compresiones nerviosas y dolores que a veces obligan a la persona a caminar en lugar de descansar.
Otro trastorno adicional lo constituye el despertarse abruptamente, agitado y transpirado, sensación de ahogo, cefaleas.
Con respecto a las molestias que experimenta una persona cuando duerme con otra, podemos decir que el sueño extremadamente liviano es un mal enemigo, ya que cualquier movimiento o ruido, por más leve que sea, provocará el despertar. Los ronquidos son motivo de queja, sobre todo en personas mayores que suelen dormir boca arriba. Por último, existe un síndrome llamado «de piernas inquietas» que produce sacudidas y movimientos permanentes de los miembros inferiores produciendo un sueño fragmentado y distorsionado.
En otro aspecto, es poco común pero probable, que personas de edad avanzada sufran alteraciones que pueden amenazar su vida como ser la presión arterial, tanto baja como alta, durante el sueño; disminución del ritmo cardíaco y lesiones neurológicas, estas patologías aparecen acompañando la apnea durante el sueño y se entiende que la apnea es un trastorno que generalmente sucede al comienzo del sueño, en el que el flujo de aire a los pulmones se detiene, experimentando el paciente una alteración en el contenido de oxígeno en sangre, hasta que un despertar semi brusco permite recuperar el normal ritmo respiratorio; esto se produce por una orden del sistema nervioso central de disminuir durante las horas de sueño la actividad muscular de la respiración y esto origina la pérdida del estímulo para dicha acción.
Para dormir y descansar bien se deberán tomar algunos recaudos como ser: controlar la ingesta de alcohol, no comer en exceso antes de acostarse, tratar de no dormir boca arriba, esta posición no favorece el normal funcionamiento de las vías respiratorias superiores, además de que por la posición, se produce un prolapso de la lengua contra la pared de la faringe, se deberán tratar los dolores articulares que torturan el buen descanso, con los variados métodos actuales al alcance de todo insomne; a su vez la neurología posee excelentes tratamientos con los llamados laboratorios del sueño, en los que se estudian y se corrigen las alteraciones riesgosas durante el sueño.
En definitiva, nos pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo, todas las noches al acostarnos, anhelamos despertar sanos, y orientados a tener un mejor día que el que pasó, pero, seguramente, si no se toman precauciones, el ansiado descanso nunca llegará.
Hoy la ciencia le da la opción que siempre buscó, no la desaproveche, correr riesgos de pasarse toda la noche pensando como lograr tener dulces sueños.

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