Están casados hace 7 años, tienen una hija y ahora se enteraron que son hermanos

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Adriana, de 39 años, fue abandonada 12 meses después de nacer, y entregada a una familia sustituta. Leandro, de 37, vivió con su madre hasta los 8 años, hasta que también lo abandonó y lo cedió a otra familia.

Crecieron en pueblos diferentes y sin tener saber de la existencia del otro. Hasta que, llegados a la adultez, se conocieron y se enamoraron.

Ella, que estaba casada, se separó para estar con él. Se casaron, tuvieron una hija y formaron un hogar feliz durante siete años.

Pero a medida que pasaba el tiempo, Adriana sentía que le faltaba algo. Probablemente impulsada por su propia maternidad, empezó a sentir que era insoportable no saber quién era su madre. Entonces se propuso encontrarla.

Lo único que sabía de ella es que se llamaba María. Lo mismo sabía Leandro de la suya. Su nombre: María.

Ambos abandonados, con dos años de diferencia y una madre con el mismo nombre. En principio, eran sólo coincidencias, pero luego se enterarían de algo más.

Después de varios intentos fallidos, Adriana acudió a «A Hora é Agora», un programa de Radio Globo que se dedica a reunir a seres queridos separados.

Fue invitada a la emisora para ser entrevistada por Walter Peceniski, el presentador del show. La conversación transcurría con calma mientras ella contaba su historia, hasta que fue interrumpida por el conductor. «Tenemos una llamada telefónica, es tu madre», le dijo.

Adriana no podía contener el llanto de la emoción que sentía. Madre e hija lloraban juntas y se decían cuánto lamentaban lo que había ocurrido y se mostraban dispuestas a reunirse y reconstruir la relación.

Pero cuando el diálogo estaba por concluir, Adriana le hizo una pregunta. «Madre, ¿tienes otros hijos además de mí?».

«Sí… tuve a Leandro, pero con otro hombre, no con tu padre». La respuesta congeló el ambiente de la emisora.

Tras un instante de silencio, Adriana rompió nuevamente en llanto, pero de desesperación. «No puede ser, no puedo creerlo. ¡Leandro es mi marido!», gritaba.

Dos días después, la producción de la radio fue a la casa de Adriana y Leandro. Más tranquila, ella contó que en realidad ya sospechaba que su marido podía ser su hermano, pero no quería creerlo.

Cuando le preguntaron si iba a seguir junto a él, su respuesta no dejó lugar a dudas. «Sólo la muerte nos va a separar. Todo esto sucedió porque Dios quería que sucediera. Por supuesto que hubiera sido diferente si hubiéramos sabido todo esto antes, pero no lo hicimos y nos enamoramos».

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