Córdoba se suma al fenómeno de los “techos verdes”

2
Compartir

Al igual que Buenos Aires, Rosario y Neuquén, Córdoba lanzó un proyecto de ley municipal que promueve la instalación de “techos vivos y sustentables” en los edificios de altura de la ciudad. Conocé sus beneficios y su aplicación en el mundo.

Por Gerónimo Mariño 

Cualquier transeúnte que recorre el microcentro cordobés es capaz de percibir la carencia de espacios verdes y de arbolado público en pleno corazón de la ciudad. Desde hace años, cemento y asfalto son protagonistas excluyentes del paisaje urbano local, alterando el ecosistema y sus ciclos naturales.

Mientras que los edificios de altura se multiplican en la capital mediterránea de forma desmesurada, las plazas existentes no son aprovechadas como verdaderos espacios naturales. Estas últimas son construidas pura y exclusivamente a base de hormigón (de ahí el calificativo de “plazas secas”).

A modo de transformar esta estética “contra natura”, el bloque de concejales Eva Duarte -liderado por la edil Olga Riutort-, presentó un proyecto de ordenanza municipal el cual propone beneficios y exenciones fiscales a quienes incorporen “techos ecológicos” en sus inmuebles (tanto en viviendas personales como en complejos edilicios). Esto, a fin de mitigar los efectos del concreto en la vida urbana de la ciudad de Córdoba.

“Las ciudades son enormes islas de calor. Aquí, en Córdoba, el hormigón puede llegar a 65º en el verano. Ese calor se emana, y los techos verdes ayudan a paliarlo”, manifiesta Sara Pomazán, arquitecta paisajista y responsable de la carrera Diseño de Parques y Jardines del Colegio Universitario IES.

Beneficios de los “techos verdes”

Según los especialistas, las terrazas y techos “ecológicos” generan múltiples ventajas ambientales y protegen la biodiversidad en zonas densamente pobladas. Este tipo de coberturas pueden ayudar a reducir varios grados la temperatura en una ciudad durante el verano y contribuyen a retener el calor en invierno. En caso de lluvias, son capaces de aplacar filtraciones y escurrimientos de agua.

Por otro lado, logran una mejor climatización del edificio al no absorber tanto calor como otro tipo de cubiertas (chapa, membranas de aluminio, etcétera). Esto último conlleva a una mejor aislación térmica, lo cual se traduce en un menor consumo de energía (de acuerdo a la arquitecta Gabriela Kanter, se puede aminorar hasta un 30% los costos en aire acondicionado y calefacción).

Así también, sirven de barreras acústicas bloqueando sonidos de baja y alta frecuencia. Resisten al fuego y contribuyen al cultivo de alimentos como frutas, verduras y hortalizas en áreas abiertas y poco utilizadas. Además, la vegetación allí sembrada contribuye a purificar el aire, al producir oxígeno y morigerar el smog acumulado.

En otras palabras, las membranas hechas a base de césped devuelven a las grandes urbes espacios naturales perdidos y mejoran la calidad de vida de sus habitantes. Se conservan a lo largo del tiempo, al mismo tiempo que colaboran con el paisaje urbano.

¿Cómo es la instalación de los “techos verdes”?

Básicamente, los “jardines en altura” necesitan de tres capas de materiales a modo de impedir filtraciones en la loza. En la primera capa se coloca una membrana impermeabilizante que sirve de aislante y barrera anti raíces. La segunda capa lleva una mezcla de tierra con humus de lombriz y vermiculita. En ella, las plantas desarrollan sus rizomas para poder crecer (en caso de que llueva, dicha capa funciona como una “esponja” que absorbe el agua). En tanto, la tercera capa está destinada a la irrigación y riego de la vegetación plantada.

“Para que una cobertura verde sea efectiva, debe cumplir tres requisitos: drenar el agua, impedir que las raíces afecten la losa y no sobrecargar la estructura para no dañarla”, explica el arquitecto Edgardo Suárez.

El espesor del sustrato vegetal (ubicado en la segunda capa) puede ir desde los doce centímetros hasta más de un metro. Esto dependerá del presupuesto y del uso específico que el cliente le dará al proyecto. No es lo mismo sembrar solamente césped (sus raíces crecen de manera horizontal) que toda una gama de árboles, plantas y flores.

En cuanto a los costos, el dueño de En Altura, una de las empresas locales especialistas en este tipo de instalaciones, Federico Cena, afirma que “casi no hay diferencia de precios con otros tipos de coberturas como las tejas. Más, si tenemos en cuenta que sus beneficios son mayores”.

La arquitecta Sara Pomazán, por su lado, manifiesta: “Los techos verdes encarecen entre un 20 y 30% el costo constructivo, pero se amortiza al aminorar las temperaturas del edificio permitiendo ahorrar en aire y calefacción”. Así, las coberturas ecológicas terminan siendo más económicas que las membranas tradicionales en el largo plazo.

Los “techos verdes” de Córdoba

A diferencia de Buenos Aires, Rosario y Neuquén en donde ya existen regulaciones efectivas en torno a este tema, en Córdoba la aplicación y reglamentación de los techos sustentables aun es incipiente. No obstante, la opción por este tipo de construcciones se encuentra en boga y continúa en ascenso.

La primera terraza verde de la ciudad pertenece al Colegio Universitario IES, inaugurada en 2010, de 160 metros cuadrados y ubicada arriba de un séptimo piso en el corazón de Nueva Córdoba. El espacio consta de un piso de césped con típicas gramíneas cordobesas; un surtido de árboles como el espinillo y el algarrobo; una fuente de agua integrada por senderos; varios canteros de peperina, menta y cedrón; un cañizal cordobés y una glorieta, entre otras cosas.

El Centro Cívico cordobés, por su parte, inauguró en 2011 una cubierta verde de más de 3.000 metros cuadrados, convirtiéndose en uno de los techos vivos más grandes del país. Por otro lado, existen varios edificios privados que utilizan este tipo de cobertura como Milénica y Altos de Córdoba (también hay un proyecto para incluir una plaza en altura en la manzana del banco de Córdoba).

Con respecto a las viviendas personales, varios vecinos ya se animaron a colocar pasto y distintas especies de plantas en sus terrazas y balcones. En cuanto al interior de la provincia, distintas localidades como Río Ceballos, Salsipuedes y Villa María, se adhirieron a esta tendencia. En Salsipuedes, incluso, ya existe una ordenanza que regula la construcción de inmuebles en una zona donde los techos sólo pueden ser verdes.

La aplicación de los “techos verdes” en el mundo

Los “techos verdes” o “jardines verticales” forman parte de una nueva arquitectura sustentable, que empezó a consolidarse en el mundo durante los últimos tiempos. A causa del calentamiento global y la grave crisis energética, son cada vez más los países que optan por construcciones autosuficientes e inteligentes.

Hoy por hoy, las grandes metrópolis se inclinan por diseños edilicios sustentables en términos energéticos y de provisión de agua. Por tales motivos, es habitual que en la actualidad se tienda a analizar las condiciones climáticas y geográficas propias del lugar, antes del levantamiento y edificación del inmueble.

Tomando estos elementos como punto de partida, los edificios de altura pueden valerse del viento, la luz solar y la lluvia para la generación de fuentes renovables de energía y almacenamiento de agua. Países europeos como Alemania, Italia y el Reino Unido ya cuentan con edificios que aprovechan esta gama recursos naturales.

En el caso de Córdoba, es evidente que aun estamos retrasados en la materia, más allá de que hayan buenas intenciones por parte de algunos sectores. En primera instancia –y a modo de propuesta-, sería menester actualizar el código de edificación, exigiendo a los nuevos edificios adecuarse a una arquitectura sustentable e inteligente.

Fotos: terraza verde del Colegio Universitario IES y techo verde del Centro Cívico (Córdoba)

 

Commentarios

commentarios

Compartir

Comments are closed.