El hecho surgió cuando una persona fue ca cobrar algo más de 30.000 pesos por una sucesión, y se encontró con que en la cuenta pagadora no solo no estaba el importe sino que el saldo era de menos de 50 pesos.
Las autoridades del Banco de La Pampa investigan un desfalco millonario. El apuntado es un empleado de la sucursal bonaerense de Tres Arroyos que, a través de distintas operaciones con cuentas de terceros, se habría quedado con alrededor de tres millones de pesos.
Según informa el diario La Arena, el hecho habría ocurrido en marzo, pero recién trascendió ahora a través de fuentes de la propia entidad. Luego de detectadas las presuntas maniobras fraudulentas, ahora el gran problema es que nadie sabe dónde está el empleado. Literalmente se esfumó.
El punto de partida de la pesquisa fue casual y surgió inesperadamente en General Acha. En esa sucursal una persona fue con un oficio judicial a cobrar algo más de 30.000 pesos por una sucesión, y se encontró con que en la cuenta pagadora no solo no estaba el importe sino que el saldo era de menos de 50 pesos.
La sorpresa invadió a todos. Al cliente y a los empleados. Cuando miraron los movimientos de la cuenta detectaron que la plata había sido retirada en Coronel Suárez por un cajero de Tres Arroyos. El paso siguiente fue preguntar allí. Y llegó la segunda sorpresa: las autoridades del BLP habrían encontrado que la autorización era un «garabato» más que una firma legible. A partir de ese momento las sospechas recayeron sobre el hombre que hoy nadie sabe dónde está.
En esos días -los voceros no supieron precisar la fecha con exactitud- el sospechoso de la defraudación hizo el último movimiento de seis ceros, y transfirió un millón de pesos de una cuenta de la sucursal cordobesa de Huinca Renancó a otra de un banco privado en la sucursal Necochea. La institución privada sería el Banco Santander Río.
Las maniobras de retiros de fondos habrían sido varias y, en todas, a través de cuentas con escasos movimientos, como una manera de no levantar suspicacias. «El tema es que alguien autorizó esa última operación. Y no todos los días se autorizan operaciones por un millón de pesos en Huinca Renancó. Alguien debió sospechar…», agregaron las fuentes.
En la Casa Central el tema se ha venido tratando con sigilo, casi en silencio. Pero allí reconocen que la estafa rondaría los tres millones pesos. Lo que nadie confirmó es si hubo una denuncia y una investigación penal en marcha. El fraude es un delito que está sancionado con hasta seis años de prisión.