Una preocupación relativamente reciente y de gran importancia social y económica, es el progresivo envejecimiento de personas jóvenes en las poblaciones de países desarrollados y cuando se estudia la problemática, se descubre con gran asombro que el medio ambiente, el stress y los factores genéticos son los principales causantes.
Los científicos han puesto todo su conocimiento en pos de comprender las causas moleculares de la involución que se produce en las células a medida que pasa el tiempo. Al respecto se han enunciado muchas teorías que paulatinamente han ido perdiendo validez científica quedando vigente solo la que sostiene que envejecemos por efecto de los radicales libres y la toxicidad residual del oxígeno, para lo cual los laboratorios fabrican día a día toneladas de fármacos.
Entender un fenómeno biológico tan complejo como lo es el envejecimiento es una tarea muy difícil, pero hay teorías que hablan de la tendencia, con el paso del tiempo, de todos los sistemas del organismo a desorganizarse y, el motivo por el cual las células no reparan la desorganización producida por los radicales libres, está relacionado con una lesión a nivel de la llamada mitocondria que es la usina de la célula, la que perdería la capacidad de regenerar, como es su costumbre las proteínas esenciales que las células usan para respirar. Una célula que no respira disminuye su energía, dejando de cumplir su trabajo especifico, cuando esto sucede nuestros órganos no funcionan correctamente y es aquí cuando necesitamos remedios para compensar como diuréticos, laxantes, analgésicos, sedantes, tranquilizantes, etc. Cuanto más tardemos en solucionar el problema de base, más rápido nos transformaremos en una farmacia ambulante.
Se ha observado que los individuos que se conservan saludables, con parámetros normales, fumaban menos cigarrillos o no fumaban, desarrollaban actividad física en orden de dos o tres veces por semana, consumían poco alcohol y café, tenía control sobre su presión arterial, se chequeaban periódicamente, tenían valores bajos de colesterol, triglicéridos y ácido úrico, no padecían de obesidad y tenían buena capacidad pulmonar. En estos pacientes no se presentaron tempranamente afecciones tales como arteriosclerosis, dolores articulares, tumores, enfermedades coronarias o cerebrales, patologías estas, que suelen aparecer a edades avanzadas. Por otra parte, la prevención de la salud en sujetos de edad madura está relacionada con el estilo de vida y esto tiene una influencia capital en la longevidad y en la prevención de las enfermedades que acompañan el envejecimiento: el descanso adecuado, el bajo contenido de grasas, control de su estado de nervioso en situaciones límite, dietas enriquecidas con vitaminas.
Estamos lejos aún de encontrar la pastilla de la eterna juventud, no obstante, la ciencia de hoy no busca frenar el envejecimiento natural del hombre, sino prevenir el envejecimiento prematuro desde la base que con el paso del tiempo, las células de nuestro cuerpo involucionan acorde a como nos agredimos nosotros mismos y, pareciera ser que cuidarnos y ser nuestros propios vigilantes, por ahora es la única posibilidad de no envejecer antes de lo que el destino nos tiene reservado o programado.
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