Vándalos la dañaron y debió ser restaurada, pero para muchos el resultado fue fallido. Y hay medios extranjeros que ya la comparan con el Cristo de Borja.
La restauración de la escultura de Ana Frank, emplazada en el cantero central de la avenida Poeta Lugones, frente al Museo Emilio Caraffa en la ciudad de Córdoba, genera controversia y, también, burlas en las redes sociales: ya la están llamando el nuevo Ecce Homo.
En agosto del año pasado, la obra artística sufrió agresiones vandálicas. Fue decapitada y padeció otros daños. Se realizó entonces un relevamiento de los daños y se iniciaron acciones para su reparación, se informa en La Voz del Interior.
El arquitecto Isaac Nahmias, autor de la escultura, también se ocupó de la restauración, cuyo resultado fue puesto a consideración de los vecinos el 12 de junio último. Ese día, el intendente Ramón Mestre y dirigentes de la comunidad judía descubrieron el relieve arreglado, con motivo del 85° aniversario del nacimiento de Ana Frank.
Pero, tal como sucedió 19 años atrás, cuando el entonces intendente Rubén Martí, el gobernador electo Ramón Mestre y el titular de la Daia, Mauricio Freiberg, lo inauguraron, el monumento fue objeto de críticas estéticas y burlas.
Como entonces, se cuestiona que la obra es desproporcionada y no respeta la escala humana. También, que el cuerpo de la figura expuesta es robusto, mientras que la niña homenajeada era delgada. Pero además, ahora le están cayendo a la restauración. Y no falta quien pregunta, con sarcasmo, si el responsable de las reparaciones no será la misma mujer que «restauró» el Ecce Homo en Borja.
«¿Nuevo ‘Ecce Homo’?: Mira cómo quedó la estatua de Ana Frank», tituló el sitio chileno 24horas. En tanto, en Terra de Chile también asociaron la estatua de la niña víctima del Holocausto con la «reparación» del Ecce Homo. Por su parte, la cadena de noticias Ntn24, con sede en Colombia, cuenta: «Quisieron restaurar estatua de Ana Frank pero no salió bien». Y El Siglo de Torreón, de México, se pregunta: «¿Un nuevo Ecce Homo?».