El último maestro
A los 94 años, Héctor Otegui es quizás el último de los grandes maestros con sus amigos Pierini y Filloy. Este entrañable Héctor es un gran artista plástico que ha dedicado su vida a enseñar pintura en su taller, siempre gratis, a mujeres y chicos de su barrio Alberdi.
Talento, buen humor, solidaridad, ternura y desinterés es la poción mágica con que Otegui ha conquistado el corazón de los riocuartenses.
Héctor Otegui un hombre maravilloso, que es profundamente feliz. Otegui, el pintor de la calle. Don Héctor se hizo pintor por necesidad.
Por esa necesidad indomable de crear, de contar, que le urgió desde joven y para eso usó lo que tenía más cerca, las manos, y con ellas pintó el mundo.
Viajaba rápido, con su bicicleta o sus pinceles, de las flores a las acuarelas… de los alumnos a los niños humildes y de su barrio Alberdi al universo mismo.
Con su talento y su sonrisa maravillosa, el pintor de la calle, ha logrado hacer mejor la vida de quienes lo conocen, y esa no es magia de cualquier alquimista.
Será que para Don Héctor no hay tormentas que opaquen su alegría de vivir. Pocos han logrado decir tanto con sus manos y eso que dijo es inolvidable, tan inolvidable como sus anécdotas con Pierini, su gran maestro, y con Filloy.
Héctor Otegui, pintor, poeta, escultor, escenógrafo, puso su talento al servicio de la vida, y la vida se lo agradece con una caricia de 94 años.
Habrá que agradecerle entonces al artista… su obra más inolvidable… la creación de un hombre implacablemente maravilloso…
Observe el informe especial elaborado por Pablo Ferrari en la sección Multimedia
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