Con un gol de Germán Pezzella, quien reemplazó a Jonathan Maidana, el conjunto de Ramón Díaz se impuso por la mínima diferencia. El «Millonario» se quedó con un nuevo título y consiguió su boleto al torneo continental
San Luis fue la tierra en la que los campeones culminaron la temporada. Con el boleto a la Copa Sudamericana en juego, San Lorenzo y River viajaron a la provincia puntana para definir al «Supercampeón del fútbol argentino».
En los primeros minutos, los de Ramón Díaz intentaron tener el protagonismo del duelo, mientras que el combinado de Edgardo Bauza apostaba por los contragolpes propuestos por Héctor Villalba y Ángel Correa.
Sobre los 19 minutos se produjo la acción más clara que pudo romper el invicto de la noche. Una «guapeza» de Villalba posicionó a Leandro Romagnoli frente a Marcelo Barovero. El «Pipi» intentó con un remate abierto, que hizo lucir a «Trapito». La notable maniobra del arquero evitó la conquista «azulgrana». A medida que transcurría el tiempo, el «Ciclón» agigantaba su actuación, mientras que al «Millonario» se le debilitaba la última línea, a partir de la lesión de Jonathan Maidana, quien tuvo que ser reemplazado por Germán Pezzella.
Los disparos de Leonel Vangioni y el «Keko» Villalba parecían ser los argumentos más sólidos para que los de Núñez lleguen a la red. Sin embargo, mediante una pelota parada, Manuel Lanzini envió un punzante centro hacia la cabeza de Pezzella, quien marcó el 1 a 0. Los esfuerzos de Sebastián Torrico sólo sirvieron para embellecer el tanto del defensor. Con el festejo, la «Banda» empezaba a sellar el boleto hacia otro certamen continental.
La reacción del «Cuervo» llegó en los pies de Martín Cauteruccio. El sustituto de Emmanuel Más probó desde afuera del área con un disparo rasante, pero la respuesta de Barovero fue extraordinaria. Sólo por la actuación del ex Vélez, River se quedó con la Copa Campeonato.
La deuda pendiente fue la presentación de Fernando Cavenaghi. El máximo referente del equipo no consiguió llegar a los 100 goles y tuvo una actuación para el olvido. Tal es así que su reemplazante, Gio Simeone generó mucho más peligro que el «Torito». Naturalmente, en medio de los festejos poco puede importar el juego individual de un protagonista. Lo más destacado es que el título volvió a demostrar que «River volvió a ser River».