El legislador Roberto Birri presentó un proyecto de ley para bajar la edad jubilatoria de los docentes provinciales a 55 años para los hombres y de 52 años para las mujeres.
El legislador socialista Roberto Birri presentó un proyecto de Ley en la Unicameral para bajar la edad jubilatoria de los docentes provinciales a 55 años para los hombres y 52 años las mujeres.
Durante la sesión de hoy, tomará estado parlamentario el proyecto que dispne modificar la Ley N° 8024 para bajar la edad jubilatoria.
Birri señaló que “las condiciones que los docentes deben enfrentar diariamente en su trabajo hoy, son realmente paupérrimas, pues, a nuestro entender, tener que lidiar permanentemente con situaciones de violencia escolar, violencia entre alumnos, multiplicidad de tareas, sin personal adecuado, donde lo pedagógico ha pasado a ser secundario, es altamente desgastante y provoca graves alteraciones psicofísicas”.
Y agregó que “estas situaciones que padecen los trabajadores docentes no fueron generadas en su ámbito de trabajo -la escuela- sino fuera de ella, por la falta de políticas públicas de inclusión laboral, educativa, de salud, del trabajo fundamentalmente, lo que evidentemente ha deteriorado gravemente una sociedad hoy en crisis, y ese cóctel impacta directamente en la institución educativa que hoy se encuentra desbordada.
Estas condiciones extremadamente perjudiciales a su salud psicofísica, ameritan que estos trabajadores deban estar amparados en un régimen especial jubilatorio, como el que se propone”.
Según los datos con que cuenta el legislador Birri, el sector docente -dentro de la Caja de Jubilaciones de la Provincia- es superavitario, por lo que existen condiciones para implementar y sostener el sistema propuesto.
Texto c0mpleto
LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA
SANCIONA CON FUERZA DE
LEY
Artículo 1° – MODIFÍCASE el artículo 19 de la ley 8024, Texto Ordenado Decreto 40/09; el que quedará redactado de la siguiente manera:
“Artículo 19
Servicios docentes.
Artículo 19.- El personal docente de todos los niveles y modalidades de establecimientos públicos dependientes del Estado Provincial y de establecimientos privados que realicen aportes a la Caja, tendrá derecho a la jubilación ordinaria si cuenta cumplida la edad de cincuenta y cinco (55) años los varones y cincuenta y dos (52) años las mujeres y acredita veinticinco (25) años de servicios, de los cuales diez (10) como mínimo, continuos o discontinuos, deben ser al frente de alumnos.
Si dicho personal hubiera estado al frente de alumnos por un período inferior a los
diez (10) años, tendrá derecho a la jubilación ordinaria si acredita treinta (30) años
de servicios.
Cuando se acrediten servicios de los mencionados por un tiempo inferior al estipulado, con un mínimo de diez (10) años, y -alternadamente- otros de cualquier naturaleza, a los fines del otorgamiento del beneficio se efectuará un prorrateo en función de los límites de antigüedad y de edad requeridas para cada clase de servicios.
Los servicios de escuelas de educación especial y zona desfavorable se computarán a razón de cuatro (4) años por cada tres (3) de servicios efectivos. “
Artículo 2° – De forma.-
FUNDAMENTOS
El trabajo docente, históricamente, fue mal remunerado y, las condiciones en las que se desarrolló esa tarea nunca fueron las mejores, cualquiera fuera la época del país.
Pero, desde hace unos años a esta parte, – sobre todo como consecuencia de las políticas neoliberales aplicadas en los 90, que desbastaron el Estado y degradaron la sociedad toda – las condiciones de trabajo docente han sufrido un menoscabo y agudización de manera creciente, llegando hasta hoy, donde la violencia social también ha entrado en la escuela.-
La escuela, se había conservado a pesar de todo el desguace del Estado y de la decadencia de las instituciones, como ícono, como institución Pública, como el último refugio en el imaginario colectivo. Siempre tenemos la imagen de la escuela que ya no existe, por eso persistió esa imagen.- En ese ámbito hostil hoy, como se analizará, cumplen sus tareas los trabajadores docentes.-
Los organismos internacionales, como la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OPS (Organización Panamericana de la Salud), o la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y la UNESCO, han elaborado algunas normas de cumplimiento, y algunas otras, solo como recomendaciones a los gobiernos.
El Comité Mixto OIT/UNESCO de expertos sobre la aplicación de las Recomendaciones relativas al personal se centró en los principales temas de interés para la enseñanza y la educación en el marco de las dos recomendaciones relativas al personal docente:
• el diálogo social en la enseñanza;
• la formación del personal docente inicial y continua;
• la contratación y la carrera profesional, la remuneración del personal docente, incluida la remuneración de los docentes en los estados frágiles y las condiciones de enseñanza y aprendizaje;
• la escasez de personal docente en el marco de la iniciativa Educación para Todos (EPT); con inclusión de los desafíos en materia de financiación y contratación, las repercusiones del VIH/SIDA sobre la docencia, y la contratación y la retención de mujeres docentes;
• la libertad académica y la autonomía institucional en la enseñanza superior;
• las condiciones de empleo en la enseñanza superior: el impacto de los prestadores de servicios de enseñanza postsecundaria, tanto privados como con fines de lucro.
El Comité Mixto examinó detenidamente las perspectivas de las organizaciones intergubernamentales, las organizaciones internacionales de docentes y las organizaciones no gubernamentales que actúan en esferas relacionadas con las cuestiones del personal docente, con inclusión de: el relativo aunque no generalizado declive en la remuneración de dicho personal y en las condiciones de trabajo; las repercusiones de la crisis económica sobre la enseñanza y los trabajadores de la educación; la persistente escasez de docentes en muchas regiones y países; la migración y la movilidad del personal; la violencia que afecta al personal docente; la necesidad de contar con una mejor evaluación de los mismos y un mayor desarrollo profesional, además de poner en marcha otros cambios en la condición del personal docente de la enseñanza superior.
La realidad muestra una situación deplorable en el rubro de la salud de estos trabajadores. En el Cuadro se pueden apreciar, los niveles de desgaste emocional reportados por los docentes latinoamericanos en un reciente estudio realizado por UNESCO en seis países de América Latina:
País Bajo Medio Alto
Argentina 43 17 40
Chile 37 20 43
Ecuador 71 17 12
México 69 18 13
Perú 66 22 13
Uruguay 50 21 29
El concepto de salud, se refiere al estado de bienestar físico, mental y social que hace que las personas puedan disfrutar de una vida satisfactoria. Es frecuente asociar la idea de salud con la ausencia de enfermedad. Sin embargo, estar sano y sentirse bien, es algo más que no estar enfermo.
La salud y la enfermedad se relacionan con el mayor o menor equilibrio que se establece entre la persona y el ambiente. Por esta razón, para estar sanos, no sólo es necesaria la prevención, sino también son necesarios los afectos, la comprensión y el respeto.
Los docentes consideran que son referentes sociales válidos, reconocidos, creíbles, y que están obligados al proceso de socialización primaria, ya que la familia ha delegado parte de su función como agente socializador inicial del niño en la escuela.
Pero también, dentro de este marco, los docentes afirman que se consideran como «niñeras, enfermeros, cocineros, y psicólogos», que deben contener afectivamente, y además, enseñar contenidos válidos para que los niños puedan desenvolverse en una vida más justa, con participación social y económicamente plena.
También, señalan que la sociedad les exige que reflexionen sobre sus prácticas en busca de nuevos conocimientos y nuevas estrategias, que reemplacen a los padres en la incorporación de hábitos de higiene, de normas de convivencia y ética ciudadana, ya que aparentemente, hoy en día la familia no lo puede – o no lo sabe – brindar en forma integral.
Según esta observación, los docentes operan como un puente entre el Estado y la comunidad, funcionan para salvaguardar a la sociedad, en forma encubierta, ante la presencia de un Estado anémico.
La sociedad exige de ellos acciones que van más allá de las conformes a su rol específico, y esto produce enfermedades que muchas veces no son reconocidas por el Estado, o la sociedad, y lo que es peor aún, ni por los docentes mismos.
La actividad laboral docente ha trascendido su rol. Hoy reviste múltiples funciones, como consecuencia de las imposiciones de las políticas de Estado y las nuevas demandas de la sociedad.
A los docentes se les pide compromiso, responsabilidad, y saber planificar para abordar la función docente, cuando la política social es trabajar sobre la coyuntura; tocándole a ellos solucionar lo urgente, y en algunos casos, afrontar las emergencias.
Siempre la sociedad evoluciona mucho más rápido que las Instituciones; hoy se observa una relación asimétrica, en donde la sociedad espera de los docentes desempeños que éstos no están en condiciones de dar, saliendo del rol específico para el que fue preparado.
El aceptar que en la sociedad se operaron cambios profundos, tanto en lo económico, en lo político y en lo social, conllevaría que al docente se lo piense desde un rol distinto al que tenía en el siglo pasado, el rol de trabajador.
Hoy en día nadie puede discutir sobre que trabajo y salud están íntimamente relacionados.
Esto no es nuevo, ni oportunista de nuestra parte. Ya en el año 2011, – mediante Proyecto N° 7290 /L/11- hemos promovido un pedido de informes al Sr. Ministro de Educación, donde se le preguntaba por todas estas cosas. Luego de innumerables entrevistas con docentes y equipos directivos de distintos puntos de la provincia se planteaba la problemática; entre muchas, se expresaban varios conceptos relacionados con el deterioro en la salud de los docentes y se solicita la baja en la edad jubilatoria. Las licencias por enfermedad otorgadas a los maestros enfermos generan la designación de suplentes y suplentes de suplentes que alteran a la conducta de los niños ante el cambio permanentes de sus educadores. Además, se menciona una lista de enfermedades y síntomas que los afectan culminando en una indigna jubilación por incapacidad, percibiendo un descuento importante en los haberes cuando llevan un total de treinta años de servicios y les falta edad para jubilarse. (por caso, recordar el llamado síndrome de “burnout”, síndrome de estar “quemado” o estrés laboral crónico, que exterioriza situación que desbordan al trabajador y su capacidad de adaptación ha quedado reducida). Esta patología se da principalmente entre los trabajadores de los servicios humanos, especialmente docentes. Esta verdadera enfermedad del trabajo, hoy en pleno siglo XXI, no es reconocida por las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, obligando a los docentes que la padecen – en un alto índice – a seguir trabajando en esas condiciones psicofísicas menguadas o solicitar una carpeta psiquiátrica. Eso le ofrece el sistema, o jubilarse por discapacidad como decíamos supra.-
Desde el punto de vista del financiamiento del sistema propuesto, existe margen en la Caja de Jubilaciones para mejorar las prestaciones en términos de reducción de la edad jubilatoria de los docentes.
Los datos son extraidos del Informe Anual 2012 (último publicado),obtenido en https://www.cajajubilaciones.cba.gov.ar/Portal/content/files/Informe-Anual- 2012web.pdf
En términos comparativos el sector docente dentro de la Caja es uno de los sectores mejor posicionados:
1) Tiene por si solo el mayor número de aportantes: 72.997 sobre un total de 184.220 (pag. 144)
2) El haber previsional es inferior al promedio global (pag. 142)
3) La relación “Activos/Pasivos”, es decir es de 2,4. Esa relación es la segunda mejor de todo el sistema y superior al promedio que es de 2,0 (pag. 145)
Sin perjuicio de ello, existen rubros en el presupuesto, como publicidad oficial en el cual se gastan cientos de millones de pesos por año, lo que , sin lugar a dudas podría ser imputado a la readecuación jubilatoria propuesta.-
En definitiva, las condiciones que los docentes deben enfrentar diariamente su trabajo hoy, son realmente paupérrimas, pues, a nuestro entender, tener que lidiar permanentemente con situaciones de violencia escolar, violencia entre alumnos, multiplicidad de tareas, sin personal adecuado, donde lo pedagógico ha pasado a ser secundario, es altamente desgastante y provoca graves alteraciones psicofísicas. Esto se arrastra de años. A modo de ejemplo, en el mencionado proyecto de resolución, se le preguntaba al Sr. Ministro de Educación en aquella oportunidad : “Si tiene conocimiento que la cantidad de tareas no pedagógicas, además de las propias llevadas a cabo en los establecimientos educativos produce trastornos psicofísicos a los docentes y equipos directivos, con un alto índice de carpetas médicas y psiquiátricas.; si el Ministerio a su cargo tiene una estadística de casos; y, por último, que medida/s se toman desde el Ministerio a su cargo para neutralizar la situación, explicitando ampliamente el estado de situación.- Era el año 2011.-
Estas situaciones que padecen los trabajadores docentes no fueron generadas en su ámbito de trabajo, la escuela, sino fuera de ella, por la falta de políticas públicas de inclusión laboral, educativa, de salud, del trabajo fundamentalmente, lo que evidentemente ha deteriorado gravemente una sociedad hoy en crisis, y ese cóctel impacta directamente en la institución educativa que hoy se encuentra desbordada.
Como corolario, los jubilados docentes de hoy deben padecer la postergación de cualquier aumento que reciban los trabajadores activos por seis meses, según lo establecido en la ley 10078, lo que agrava aún más la situación del sector.
La Educación es un Derecho Humano fundamental, y ello incluye – entre muchas cosas – además de salario digno, condiciones dignas de salud para cumplir responsablemente la tarea; lo que, en las condiciones relatadas resulta incompatible.-
Lejos de haber mejorado, las condiciones se han agravado, por ello, consideramos que el trabajo docente supone unas condiciones extremadamente perjudiciales a su salud psicofísica, por lo cual estimamos que estos trabajadores deben estar amparados en un régimen especial jubilatorio, como el que se propone.-
Por todo ello, solicito a mis pares el acompañamiento en la aprobación del presente proyecto de Ley.-
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