El agua residual será tratada y luego llegará al río Big Wichita para pasar por un proceso natural de limpieza, que demora varias semanas, y después desembocar en el lago Texoma.
En la ciudad de Wichita Falls, en Texas, la escasez de agua ha llevado a que las autoridades tomen medidas tan desesperadas como tratar el agua de los retretes para que se mezcle con las reservas de agua potable y llegue directa a los vasos de los consumidores.
Según informa el diario El País de España, el fantasma de la sequía ha dejado su huella en el Estado y las alternativas han comenzado a agotarse.
Sus habitantes han expresado su malestar por la decisión, pero no es mucho lo que pueden hacer. El pasado viernes, la ciudad declaró la etapa 5 de restricciones para el agua, lo que implica que sus lagos están a un 25% de su capacidad. Sin embargo, la decisión ya tiene precedentes: San Antonio, por ejemplo, procesa el agua de inodoros y la utiliza para regar campos de golf, parques y universidades. Dallas hace lo mismo con el campo de golf Cedar Crest.
El agua residual será tratada y luego llegará al río Big Wichita para pasar por un proceso natural de limpieza, que demora varias semanas, y después desembocar en el lago Texoma. Si el plan de las autoridades locales sigue adelante, el agua tratada proveniente de inodoros, duchas y lavatorios se mezclará en una cantidad de 50/50 con el agua proveniente de los lagos Arrowhead y Kickapoo. Lo harán concretamente a través de un gasoducto de 21 kilómetros que conectará dos plantas de procesamiento de agua.