Un adiestrador y una estudiante de veterinaria en la UNRC opinaron sobre un flagelo cada vez más frecuente. Animales mutilados y apuestas ilegales forman parte de la problemática.
Las riñas de perros se convirtieron en una violenta práctica, cada vez más frecuente en la ciudad.
Organizaciones en defensa del derecho de los animales denuncian riñas clandestinas, donde habría apuestas. Los perros, mayoritariamente Pitbull, sufren graves lesiones.
Aldo Benítez, adiestrador de la Quinta Educando al Buen Perro, y Mayra Travaglini, estudiante de Veterinaria en la UNRC, cuestionaron la violenta práctica y valoraron «un adistramiento responsable del animal».
«Es una manipulación del hombre, donde se preparan esos perros. Nosotros los adiestramos para que sean sociables y equilibrados, pero en otros casos utilizan a perros de mordidas potentes y con alta tolerancia al dolor», señaló Benítez.
Por su parte, Mayra destacó que «los perros utilizados para peleas llegan en pésimas condiciones y son descartados por sus propios dueños».
«Es para algunos un negocio con apuestas, pero no hay ningún sentimiento. Lo hacen solo por plata», resaltó.
La joven dijo que los animales terminan «con huecos, desgarros, lastimaduras y hasta señales de golpes efectuados por sus dueños que intentan matarlos tras las peleas».
«La vida de los perros utilizados en peleas dependen del azar. Quedan deshidratados y desnutridos porque no tienen fuerza para comer. Lo mismo sucede con otros perros y pumas que usan como carnada», subrayó.
Otras voces
“Nos toca levantar a los perros que no murieron en las riñas que se llevan a cabo en distintos barrios de la ciudad; muchos mueren y para los sobrevivientes, la agonía es desesperante. Ellos fueron usados de carnada. Es doloroso que la sociedad no tome conciencia”, señaló María a Telediario.
Las peleas se realizan en las 400 Viviendas, detrás de ruta A005 y en otros “lugares descampados.
Lamentablemente hay gente comprometida que denuncia pero nunca se llega a buen puerto, es una aberración lo que hacen con los pobres animales, gente involucrada de todos los estamentos sociales. No encuentro cual es el divertimiento de ver como se destrozan animales. ¿Tan enfermos estamos los humanos que gozamos del sufrimiento ajeno? ¿Que se quiere demostrar con esto?”, se preguntó, por su parte, Isabel.
Comments are closed.