No es novedad que el alcohol tomado en forma desmedida provoca grandes deterioros en el organismo, las lesiones más comunes se localizan en el hígado conocidas como cirrosis hepática, también gastritis, neuritis ópticas, lesiones cerebrales, anemias y muchos otros trastornos, pero fuera de la disminución de la calidad de vida del alcohólico, están los dolores y el sufrimiento que produce esta adicción.
Sucede que en estas personas, los nervios no son los mismos que en los que no consumen bebidas y cuando hablamos de nervios, no nos referimos a estados nerviosos sino a «cablerío» nervioso. La anatomía de un nervio está formada por dentro, de filamentos y por fuera está recubierto por una envoltura llamada mielina que es imprescindible para la conducción del impulso nervioso, la electricidad vital para el normal funcionamiento de nuestro cuerpo; en el alcohólico, esta mielina se deteriora rápidamente y si comparamos a un nervio con una manguera agujereada, veremos como los impulsos nerviosos se van perdiendo cada vez más, algo así como cuando riega un jardín y el agua sale sin fuerza debido a que la mayor parte se escapa por esos orificios de la manguera en mal estado.
Por otra parte, los que son alcohólicos y además diabéticos, corren mayor riesgo de lesiones, es que en estos pacientes los dolores se acentúan notablemente y necesitan el doble de tiempo para rehabilitarse, la causa fundamental es que la calidad de los nervios y la conducción de los impulsos nerviosos de los diabéticos es mala, existe la neropatía diabética que es una afección muy dolorosa e invalidante en algunos casos. Así que hay que tener en claro que las alteraciones de la glucosa no se llevan muy bien con el alcohol.
Los pacientes sienten al beber una gran cantidad, primero excitación y luego sopor, algo natural para alguien que alguna vez se pescó una borrachera, pero las lesiones de los nervios se van instalando en forma lenta y progresiva a lo largo de años de beber, esto es aún más preocupante si vemos que la edad de comienzo para esta adicción en esta época, está en los 15 años, las lesiones crónicas se presentan con debilidad cada vez mayor en las piernas, con poca seguridad para caminar, en los estadíos avanzados, abre cada vez más las piernas para mantener una mejor base de sustentación y no caerse, se va sosteniendo con sus manos de donde pueda, en un principio trata de disimular pero luego de varias caídas, acepta la ayuda de otros, también hay dolores intensos similares a los sufridos por los enfermos portadores de lesiones de nervios ciáticos, sensación de quemazón y ardor en los pies, pinchazos, atrofia muscular, pérdida de la sensibilidad y calambres.
La solución de esta afección tiene mucho que ver con la voluntad del paciente, el pronóstico es bueno si se deja de beber y se consume una buena cantidad de vitamina B, actualmente se utilizan con buen éxito los aminoácidos, sustancias que mejoran la conducción nerviosa y por supuesto en todos los casos, la rehabilitación es fundamental, la función es buscar la recuperación del equilibrio, la fuerza y la sensibilidad; también son útiles las aplicaciones de magnetoterapia, una aparatología que logra regenerar los tejidos lesionados, por último entendamos que el enfermo es el que dirige su destino, es el que decidirá su invalidez o su autosuficiencia, se sabe que es muy difícil luchar contra una adicción pero cuando se pone en juego la vida no hay opciones, puede gustarle mucho el vino pero como se dice en la jerga popular, nadie come vidrio; cuando Baco se transformó en el dios del vino, solo imaginó brindar placer y alegría a los cultores de este elixir, pero nunca pensó en enfermar a nadie y si un dios no sospechó ese destino, no lo proponga Usted, piénselo…
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