En las cárceles de todo el mundo, la tuberculosis constituye un grave problema de salud.
Es 100 veces más frecuente en las cárceles que fuera de ellas, con mayor virulencia y mortalidad.
Esta situación condiciona un cambio conceptual: de enfermedad curable a controlable a enfermedad incurable, en algunos casos, especialmente cuando existe coinfección con VIH/sida y/o hepatitis C.
Ocho de cada 150 casos reúnen las características de tuberculosis extremadamente resistente. La mayoría se debe a casos nuevos por transmisión: VIH/sida, desnutrición u otra enfermedad inmunodepresora, adicción a sustancias o situación de calle o cárcel.
Se propone organizar un equipo de salud sensible y comprometido. Es fundamental el trabajo educativo en contextos de encierro, escuelas y talleres con llegada a toda la población que transita las cárceles así como a través de familiares, amigos e instituciones colaboradoras, ONG y religiosas.
Fuente OMS