El calcio es un mineral indispensable para varios procesos del organismo tales como la formación de los huesos y los dientes, la contracción y relajación muscular, la secreción de hormonas y el mantenimiento de un ritmo cardíaco normal. Participa en la coagulación de la sangre y en la actividad de algunas enzimas.
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Es la cantidad de este mineral que se encuentra en mayor proporción en nuestros huesos y dientes. Cuando una persona consume muy poco calcio, los huesos y los dientes se debilitan. En el caso del niño o la niña, el crecimiento se atrasa y, si la situación se mantiene durante un período considerable, el crecimiento de los huesos se detiene. En el caso de los adultos el consumo inadecuado de calcio predispone a la aparición de osteoporosis (huesos porosos y quebradizos).
Osteoporosis
Para prevenir la aparición de esta enfermedad es fundamental un consumo adecuado de calcio a lo largo de toda la vida.
Durante la adolescencia (9 a 18 años) se acelera el crecimiento de los huesos en tamaño y densidad por lo que se recomienda consumir 1300 mg de calcio por día.
El pico de densidad de la masa ósea se da a los 25 años aproximadamente y empieza a disminuir a partir de los 40, por eso es que durante la etapa adulta uno debe consumir 1000 mg de calcio por día.
A partir de los 50 años, el calcio de la dieta empieza a absorberse con menos eficacia por lo que debe aumentarse el consumo dietario de este mineral a 1300 mg.