Emotivo adiós a García Márquez en Ciudad de México
El día de la despedida a Gabriel García Márquez hizo calor en Ciudad de México. Durante horas el sol cayó tenaz sobre miles de personas que aguardaron pacientemente para decir adiós al escritor, pero luego el clima cambió de humor y en poco tiempo el bochorno cedió a furiosas rachas de viento y una inusual lluvia con tormenta eléctrica.
Calor, polvo, agua. Como «en aquel Macondo olvidado hasta por los pájaros», según una frase de la obra maestra del premio Nobel de Literatura, Cien Años de Soledad.
Una coincidencia climática para decir adiós al colombiano más querido en México, el país que eligió para vivir durante más de 50 años.
Alguna vez García Márquez dijo que Cien Años de Soledad era un largo vallenato. Y esa música le acompañó en su despedida: entre la larga fila que por momentos se extendió por cerca de dos kilómetros apareció un grupo de este género que, frente a la urna con sus cenizas, le dedicó unos acordes.
Muchos, especialmente entre sus nuevos lectores, pensaban que Gabriel García Márquez era mexicano. Era fácil creerlo: hace unos meses el escritor caminó tranquilamente por un centro comercial cerca de su casa, en el sur de la capital.
Pero García Márquez es «quizá el colombiano más grande que hemos tenido», le dice a BBC Mundo el presidente de ese país, Juan Manuel Santos.
«A Colombia le dio todo el esplendor, hay muchas personas que conocen a Colombia por García Márquez, es el hombre más grande de las letras que hayamos tenido en toda nuestra historia de manera que significa mucho, significa todo», insiste el mandatario.