“No queremos hablar de las cuestiones del poder sino del pueblo”, agregó, intentando extender su apelación más allá del auditorio judicial que lo escuchaba, al común de la gente.
El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, cuando inauguraba ayer el año judicial frente a decenas de jueces de todo el país, admitió que es “innegable” que hacen falta reformas para que el sistema de justicia sea más rápido y accesible al común de la gente.
Lorenzetti les pidió a los jueces que lo escuchaban que “cooperen” para encontrar soluciones. Entre sus muletillas más conocidas, reivindicó “la independencia de poderes” y el Derecho como “límite a los abusos del Estado”.
“La Corte puede intervenir en la agenda pública iluminando algunos temas”, resumió lo que podría interpretarse como uno de los objetivos de su discurso. Igual que el año pasado, y posiblemente porque se le suele atribuir cierto personalismo, el presidente supremo aclaró de entrada que el speech había sido consensuado con sus colegas del alto tribunal.
“No queremos hablar de las cuestiones del poder sino del pueblo”, agregó, intentando extender su apelación más allá del auditorio judicial que lo escuchaba, al común de la gente.
“Los problemas del pueblo trascienden a los gobiernos”, afirmó, y los enumeró en este orden: “el temor de los que tienen algo ahorrado y que pueden perderlo, crisis tras crisis”; “el miedo de los que están excluidos de las sociedad y no tienen futuro”; “el temor de los niños afectados por la droga”; “o el temor de los jubilados”; “o el de los que piensan que la ley no es igual para todos y que hay impunidad”.
A su entender, la falta de “previsibilidad” es uno de los problemas clave, y que nadie se ocupa de “la raíz de los problemas”, aunque hizo corresponsables a los tres poderes.
Fuente: Pagina 12