Cuando se crean las ciudades, su razón de ser era la seguridad ciudadana y la salubridad pública, entendiendo por esta última la salud pública, el manejo de los residuos y la administración de los cementerios.
Luego la seguridad pasó a manos de las Provincias, por lo que la primera obligación de un municipio pasó a ser el tratamiento de los residuos sólidos domiciliarios e industriales.
Un buen manejo de ellos significa una ciudad más saludable, sin tirarle el problema de la basura enterrada a las próximas generaciones, significa también mayor calidad de vida para sus ciudadanos.
A la fecha, nuestra querida ciudad, no compite en el ranking de ciudades “ambientalmente sustentables” que elaboraron Investigadores del CONICET de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Tampoco compite en el concurso internacional de ciudades maravillosas, en donde Mendoza fue la única seleccionada de nuestro país. Lamentablemente desde hace años estamos perdiendo calidad de vida ambiental, a punto tal que el municipio está tirando crudos (sin tratar) al río los líquidos cloacales.
Pero volvamos a los residuos urbanos; muchas ciudades y desde hace años comenzaron con la política de las tres “R”, recuperar, reutilizar, reciclar. Dicho en otras palabras la “selección en origen de los residuos”, previo al enterramiento. Si a dicha basura urbana, previo a enterrarla la seleccionamos en “origen” puede generar dinero y trabajo para muchas familias de la ciudad. El resto, “la basura de la basura”, esa sí se entierra.
¿Estamos inventando algo nuevo? Para nada, varias ciudades del país ya arrancaron con la selección en origen, esto incluye la separación de los residuos orgánicos, con los que se puede producir compost- de los inorgánicos, que se puede recuperar y reciclar (vidrios, plástico, papel, lata, envases varios, etc).-
Al reciclar en origen no sólo se entierra menos, Además se protege el medio ambiente ya que al reciclar elementos que en su producción gastaron energía, agua, metales, estamos ahorrando esos insumos.
En Río Cuarto a la fecha no se adoptaron estas nuevas tecnologías y estamos enterrando basura como se hacía décadas atrás. El incipiente programa de selección y tratamiento de residuos en origen, por su entidad y tonelaje, parece hecho para un spot de televisión.
La ciudad hoy está gastando por mes unos $ 7.000.000 de pesos en barrer las calles y luego recoger, compactar, transportar, y enterrar basura, parte de la cual se puede reciclar. A ello se le debe sumar: a) el costo de erradicar micro basurales que se forman por deficiencias del sistema; b) el costo de las escombreras. (1)
Si dividimos esos siete millones por unas 50.000 parcelas que estarían pagando impuestos, nos da que cada vecino paga demasiado para que le lleven sus residuos, los entierren y le barran las calles, es mucho dinero para Río Cuarto.
El próximo gobierno municipal debe encarar seriamente la reformulación del sistema porque estamos gastando mucho y no tenemos la ciudad limpia como deberíamos tenerla. Cuando analizamos presupuestos de comunidades similares a la nuestra, vemos que gastan menos dinero.
¿Podemos hacerlo ? Claro que sí, claro que podemos, según los ingenieros ambientalistas la composición de los residuos de la ciudad anda en un tercio de orgánicos (100% reciclables), un tercio de metales, papeles, plásticos (100% reciclables) y otros tercio a tratar, por ello es que podemos ahorrar dinero público en enterramiento y destinarlos a tratamiento.
Por todo ello me animo a decirle que podemos tener una ciudad más limpia, con el mismo o menor gasto.
Por Aroldo Argüello
Abogado – Tribunal de Cuentas de la Municipalidad de Río Cuarto
(1) Las dos escombreras de la ciudad degradan la calidad de vida de los vecinos del sector, por que cuando se incendian las ramas y restos de poda, el humo se dirige hacia sectores poblados. De la ciudad.-
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