La cantidad de gente que quiso ver por última vez al ex mandatario sudafricano superó lo previsto. Miles se quedaron si poder despedirlo. Este domingo, será inhumado luego de un ritual en la aldea rural donde creció.
La capilla ardiente donde se velaban los restos de Nelson Mandela se clausuró en Pretoria antes del atardecer, cuando miles de sudafricanos esperaban aún poder acceder para despedirse de su héroe nacional.
Unas 60 mil personas concentradas desde primera hora en los puntos de acceso al edificio del gobierno sudafricano, donde se instaló la capilla ardiente, pudieron presentar ayer sus respetos a Mandela, según fuentes policiales.
Luego de tres jornadas de velatorio, en las que 100 mil personas desfilaron por la capilla, los restos del expresidente serán trasladados hoy en avión desde Pretoria hasta Qunu, en el sudeste del país, localidad donde Mandela creció y será enterrado mañana.
La avalancha de público que ayer llegó a Pretoria desbordó todas las previsiones y la capacidad de las autoridades. Sólo tres horas después de la apertura al público de la capilla ardiente, la policía decidió cerrar los accesos al recinto.
El deseo de despedir al padre de la democracia sudafricana desató una estampida en la que una niña de siete años cayó al suelo y casi es aplastada, aunque finalmente pudo ser rescatada sana y salva.
Las instalaciones volvieron a abrirse al público unas horas más tarde y fueron finalmente clausuradas antes del atardecer, siguiendo el deseo de la familia de que el cortejo fúnebre no viaje tras la puesta de sol.
El cuerpo de Madiba, como se conoce popularmente al exmandatario, descansó anoche en el Hospital Militar Uno de Pretoria y será trasladado hoy a la base aérea de Waterkloof. De allí, sus restos viajarán hacia el aeropuerto de Mthatha, en la provincia del Cabo Oriental.