Los sondeos dan ventaja a la expresidenta. Las incógnitas tienen que ver con la participación y con saber si el apoyo le alcanzará para evitar una segunda vuelta.
Michelle Bachelet Jeria, la médica pediatra de 62 años que gobernó Chile entre 2006 y 2010, ganaría las elecciones de hoy en su país. La primera incógnita es saber si su caudal de votos le será suficiente para lograr la mayoría absoluta y, con ello, evitar el balotaje previsto para el 15 de diciembre entre dos de los nueve candidatos que hoy se presentan en la disputa por La Moneda.
La segunda gran incógnita es saber cuánta gente acudirá a las urnas en este país que estrena para las presidenciales el voto voluntario y que a partir del registro automático de electores en edad de sufragar amplió el padrón de ciudadanos con derechos políticos en más de cinco millones de personas.
Desde el retorno de la democracia hasta aquí, con el sistema de registro voluntario y voto obligatorio, la cantidad de asistentes a las urnas orilló los ocho millones de personas. Para hoy, hay 13.576.134 de potenciales votantes. Su afluencia o no a sufragar puede incidir en el resultado.
El exsocialista y ahora candidato progresista Marco Enríquez Ominami dijo al final de la campaña que si hoy votan dos millones de jóvenes más, habrá segunda vuelta, a la que contribuiría además la inédita cifra de nueve candidatos, tres de ellos mujeres y dos de estas como las mejores posicionadas en sondeos.
Si de encuestas se trata, muchos analistas apuntan a la difundida tiempo atrás por el Centro de Estudios Públicos (CEP), que ubicó a Bachelet encaminada a un triunfo contundente en primer turno sobre la candidata de la Alianza oficialista, Evelyn Matthei, economista, senadora y exministra de Trabajo, relegada por más de 30 puntos por la ex titular de ONU Mujeres.
Pisando los talones de Matthei, el independiente de derecha Franco Parisi pugna por filtrarse en un eventual balotaje, tal como Enríquez Ominami desde la centroizquierda.
Para apuntalar su favoritismo, Bachelet cuenta con una conexión envidiable con sectores humildes de este país, que hace gala de su desarrollo como miembro de la Ocde, pero es marcado por este propio organismo como el más desigual de sus miembros en cuanto a distribución de ingresos y beneficios.
En su intento por volver a La Moneda, de la que se retiró con más de 80 por ciento de popularidad, Bachelet propone grandes reformas. Las críticas hacia ella por los pasos en falso en el transporte, con el Transantiago; por su manejo en la crisis del tsunami, o por la falta de respuesta clara a las entonces incipientes marchas estudiantiles, no menguaron una popularidad casi intacta.
Para un segundo mandato que sería inédito aquí desde el regreso de la democracia, la candidata de Nueva Mayoría propone cambios en Educación, Salud y política tributaria, además de una reforma de la Constitución de 1980, heredada de la dictadura que encabezó Augusto Pinochet.
En esa reforma constitucional –que debiera completar la larga transición hacia una democracia sin resabios autoritarios, centralistas o excluyentes–, salvo Matthei, están de acuerdo todos los candidatos, aunque con matices. Algunos abogan por enmiendas emanadas del actual marco institucional y otros proponen una Asamblea Constituyente.
Además de presidente (en Chile no hay vice) se renovará la totalidad de los 120 escaños de diputados que representarán a los 60 distritos del país y se elegirán 20 senadores. La conformación del nuevo Congreso es otro punto clave al que apunta la coalición de centroizquierda que lidera Bachelet, como supuesto indispensable de los cambios que se propone llevar adelante en un más que probable segundo mandato. También hoy se elegirá a los consejeros regionales, que al decir de una señora abordada por este enviado en el metro, “nadie sabe quiénes son ni para qué sirven”.
Hoy se verá si la pelea acaba en el primer round o si se prolonga hasta 10 días antes de la Navidad.
Fuente La Voz del Interior