El fiscal pidió los antecedentes del sospechoso

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Diego Fernández (foto) relató en un libro el aberrante hecho de abuso del que fue víctima. Ocurrió en el pasaje Aristóbulo del Valle.

Fueron años de silencio, pero no de olvido. El tiempo le hizo descubrir las secuelas de los abusos que interrumpieron su infancia. En el pasaje Aristóbulo del Valle la memoria quedó marcada a fuego por un abusador con perfil de hombre común, que áun hoy sigue libre.
Diego Fernández sufrió la violención en su niñez por un sujeto que aún hoy sigue libre.
El joven teme que su caso quede impune por una eventual prescripción del hecho. El máximo de tiempo que permite la causa es de 12 años. Cuando se trata de menores de edad, según la ley 26705, aprobada el 5 de octubre de 2011, el periodo comienza a transcurrir en la medianoche del día en que la víctima asumió la mayoría de edad. Aunque en este caso, Diego tiene ya 35 años.
Los hechos habrían ocurrido entre los años 1985 y 1986, cuando el denunciante tenía entre 8 y 9 años.
El fiscal a cargo de la investigación, Javier Di Santo, precisó a TD Digital que aún no resolvió si la causa está prescripta y precisó que se están investigando los antecedentes penales que pudiera tener el sospechoso.
«Por el tiempo transcurrido, podría evaluarse la prescripción pero si existieran nuevos hechos, estos podrían ó no interrumpirla el cese de la investigación. Estamos analizando si esta persona tienen algún otro tipo de antecedente penal computable en la departamental local y en el registro nacional de reincidentes, división prontuarios», manifestó.
El hombre sospechado D.H. no está imputado en la causa, a pesar de que transcurrieron dos años de la denuncia.

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La víctima escribió un libro en el que narra lo ocurrido y advierte a la sociedad sobre el pedófilo.
«En el 2011 cuando hice la denuncia lo vi muy impunemente, disfrutando de su libertad. Cruzaba la calle de la mano de niños y eso me golpeó muchísimo. Decidí jugarme y denunciar el caso», expresó.
Diego dijo que fue clave el apoyo de su familia y amigos para develar lo ocurrido.  «Me dio fuerzas para alertar a la gente, sobre todo el barrio y la ciudad», precisó.
El joven, quien es docente y artista plástico, destacó que el abusador es entrenador de fútbol infantil.
«Ese era un anzuelo para él. Los convencía, porque tiene mucha llegada con los vecinos y las familias. Te invita a la casa, nos hacía ver películas pornográficas, cerraba las puertas y abusaba de los chicos», relató en diálogo con Telediario.
Diego expresó que en el momento en que sufrió los abusos, «ni siquiera sabía de que se trataba».
«El miedo y la verguenza hicieron que no denunciara. El tiempo pasa, los casos prescriben y estas personas quedan impunes. Lo que hizo fue asqueroso», aseveró.
Añadió que «es necesario que otras víctimas se animen a contar para que este depravado, esta bestia no siga abusando».
«Este hombre sigue en contacto con niños, enseñando fútbol y la Justicia debe actuar», subrayó.

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