Se trata de un dispositivo flexible que, introducido dentro del cerebro, permite registrar la actividad neuronal in situ y liberar fármacos en caso de necesitarlos. De momento ha sido probado experimentalmente en ratas pero abre un mundo de posibilidades a tratamientos de enfermedades neurodegenerativas como: Parkinson, Alzheimer o epilepsia.
Actualmente, en el mundo de la neuromedicina, se utilizan microelectrodos fabricados en silicio. El chip es flexible y biocompatible. Esta innovación en materia de salud ha sido publicado en la revista técnica Lab on a Chip y se trata de un paso muy importante en la creación de dispositivos que interaccionen con el cerebro a escalas microscópicas.
De momento se ha probado en experimentos in vivo en ratas. El siguiente paso en el desarrollo es testar los nuevos dispositivos en pruebas de usuario para diseñar prototipos orientados a la biomedicina.
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