El día del maestro y las condiciones laborales – Las Voces del Día

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CHICO

Por Prof. Norma C. Pérez
*Docente del Departamento de Educación Inicial, Facultad de Ciencias Humanas

Siempre intento pensar en las efemérides como fechas claves para el análisis crítico de las recordaciones que les dan significado, los momentos socio históricos que han determinado su definición y la intencionalidad, no neutra, de quienes las sostienen y ratifican…
En 1943 la Conferencia Interamericana de Educación, en Panamá, sugiere como Día Panamericano del Maestro el 11 de Septiembre, en conmemoración del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento acaecido en 1888. En el año 1945, el entonces Presidente Edelmiro Farrell, por Decreto 21215 lo instituye como tal en nuestro País.
Pero también se podría pensar en que el Día del Maestro se recordase, y festejase, el 5 de Octubre, ya que ese día en 1966 la UNESCO junto con la OIT (Organización Internacional del Trabajo) elaboraron una serie de recomendaciones sobre la situación de los docentes en el mundo y determinaron esa fecha como el Día Mundial de los Docentes.
Entre otras recomendaciones, que se definieron en esa ocasión, y que se destacan, se mencionan: las condiciones de trabajo de los docentes en distintos lugares, definiendo la responsabilidad de los Gobiernos y afirmando los Derechos de los Trabajadores de la Educación.
En dicho texto se orienta también, sobre la Formación Docente y la necesidad de promover la actualización permanente, como así también las condiciones de empleo y salario y la participación de sus Organizaciones en las decisiones relativas a la Educación. Se hace mención a docentes capaces, profesionales calificados y motivados para desarrollar sus prácticas en distintos niveles y contextos.
En 1994 más de 100 países adhirieron a esta propuesta de conmemoración en dicha fecha: 5 de Octubre.
Es por ello que la presente recordación del día del Maestro, tendrá dos ejes de análisis: por un lado, trasciende la razón de su determinación en el calendario y se ubica en el análisis del concepto, que desde sus orígenes ha ido adquiriendo distintas acepciones, ninguna de ellas ingenuamente nominada.
Y por otro lado, permitir traer al presente figuras de la docencia Argentina y Latinoamericana, cuyos pensamientos y acciones conjugados, trascendieron, y trascienden, las fronteras geográficas, demarcando verdaderos hitos en el campo de la Educación…
Parafraseando a Paulo Freire, uno de los elegidos, en algunos de sus textos, lo que parece necesario es el intento de comprensión crítica del enunciado “maestro”, un capítulo más de la lucha contra la tendencia a la desvalorización profesional.
“Por un lado, hay que evitar una comprensión distorsionada de la tarea profesional del maestro, y por el otro, desocultar la sombra ideológica que descansa con maña en la intimidad de la falsa identificación: apóstol, héroe, jardinera, guía, conductor/a, ejemplo, vanguardia, y tantos otros símiles con los que se ha ensalzado convencionalmente el ego docente— una trampa mortal.”
“Esa profesora que “se siente apreciada y querida”, está aceptando que evoca afecto, no su nombre y su papel propios de profesora, de maestra. Aceptando la candidez acepta de hecho un conjunto de significados y reglas: no reclaman ni entran en conflicto en defensa de sus derechos. Títulos como el de apóstol o el de sembrador de semillas o el de forjador de juventudes— confunde y adormece, encandila y posterga, y no ha traído, de hecho consigo, ni mejores salarios ni mayor estatus ni condiciones adecuadas de trabajo ni profesionalización ni perspectiva de futuro.”
“Porque se debe recordar que el apelativo profesora —maestra, educadora— tiene valor y dignidad por sí mismo, y no necesita ni de símiles grandilocuentes ni de apodos ni de disfraces vergonzantes… Porque, al desenmascarar y restituir a la profesora su derecho a dar y recibir afecto en tanto profesora, nos permite reconocer que el amor es parte integral de la calidad tanto del educador como de la educación…”
Qué se puede agregar a estos considerandos…? Sólo buscar en los arcones de recuerdos a quienes pudieron compartir desde su profesión docente esta visión y se dieron la oportunidad de sostenerla en sus acciones: Rosario V. Peñaloza, Olga Cossettini, María Saleme de Burnichón, Hebe San Martín de Duprat, entre otros/as.
Nos vamos a detener en las más contemporáneas, las que se fueron más recientemente, con la finalidad de sentirlas más cerca y pensar en su legado…
Hebe nos deja un 9 de mayo de 2001 a los 77 años, pensar en ella es sostener tres pilares que dieron significado a su vida: Infancia, Educación Infantil y Formación Docente.
Es imposible pensar en Infancia…, y que ella no esté presente
Es imposible pensar en Educación Infantil…, y que ella no esté levantando la bandera de la justicia y de la importancia de esta etapa educativa en todos los sectores sociales, fundamentalmente en los más vulnerables
Es imposible pensar en Formación Docente…, y que ella no esté promoviendo todos aquellos espacios de reflexión para que cada vez sea más crítica y obtenga mayor reconocimiento
Cuando una vida es dedicada a estos tres pilares, es imposible dejar de imaginar…: verla transitar con su delgada figura, entre los niños, los docentes, los/as alumnas de carreras de Educación Inicial y en todos aquellos ámbitos formales y no formales, que fueron gestados por ella y por su empuje y tesón, buscando incansablemente favorecer la equidad educativa, quizá de la franja etaria más vulnerable: la niñez.
Hebe se quedó a resistir en el país a pesar del golpe de estado de 1976… Creó, casi en la clandestinidad, un espacio como Centro de Formación para la Educación Inicial, reuniendo pensamientos, voces, ideas y prácticas, que no pudieron ser calladas, cuestionando las diferentes teorías pedagógicas y su influencia en el nivel, revisando el marco pedagógico-didáctico, definiendo su propuesta basada en la corriente histórico–crítica, valorizando los contenidos y la enseñanza, ofreciendo también nuevas ideas para poner a la educación inicial en manos de los sectores populares, y promoviendo la creación de Escuelas Infantiles, denominación que recupera su finalidad educativa.
María Saleme de Burnichón…, María como a ella le gustaba que se la nombrase falleció en 2003 a los 84 años. Fue, entre tantas otras cosas: maestra rural, docente universitaria, alfabetizadora y militante por los derechos humanos.
La temprana relación con distintos sectores sociales, en sus pagos tucumanos, iba a abrirle marcas profundas. ‘Conocí el trasfondo de la sociedad’, comentaba con voz suave y ese acento norteño que conservaría a pesar de los años.
Su primera experiencia fue alfabetizando mujeres de una fábrica de fósforos. ‘Descubrí que, sin saber leer ni escribir, ellas sabían muchas cosas” – decía María – “piensen, piensen, vayan errando hasta que encuentren el camino” era su premisa, lo que seguramente también valió para sus convicciones políticas.
Tucumán, Buenos Aires, Córdoba, México fueron territorios en los que pudo desarrollar su posicionamiento, sumándose a las luchas populares. Al igual que Hebe, María decide no irse del país tras el golpe del 24 de marzo de 1976, a pesar de las perdidas y persecuciones que tuvo, y seguir la lucha contra la dictadura a través de su inteligencia, su razonamiento y la teoría revolucionaria que desarrollaría a través de toda su experiencia.
Aún después de jubilada continuó recorriendo el país para encontrarse con los maestros, pero María nunca escribió un libro. Priorizaba la construcción de la persona y el diálogo antes que la palabra escrita. Es por ello que desde 2009 se ha conformado una organización de docentes en Córdoba, que trabajan en distintos niveles educativos, se agrupan con el objetivo de luchar por condiciones laborales y salariales dignas y para que la educación que construyen día a día esté al servicio de las necesidades del Pueblo, se denominan “Agrupación Docente María Saleme”, tratando de recuperar el legado de María.
No es casual que estas pioneras hayan compartido época, situaciones, luchas, y hasta el físico delgado y movedizo, ambas provenían de familias acomodadas, a las que la vida: una en Buenos Aires y otra en Tucumán, las pusieron frente a una realidad socio histórica que las sacudió. Ambas ocuparon cargos importantes en Universidades, Hebe en la Universidad de Luján y María en la Universidad de Córdoba.
Sólo para finalizar se me ocurre traer un pequeño texto de la esposa de Paulo Freyre, Ana María Araujo Freire, escrito en San Paulo en Junio de 1997, a un mes de su fallecimiento, definiendo de manera muy breve la obra de este “Maestro”, la que seguramente fue fuente inspiradora de Hebe y María…
“Revolucionó el mundo con su teoría plena de práctica basándose en la observación sensible y perfeccionista, de aquellas de cuyo amor se nutren siempre los excluidos, convirtiéndose en un verdadero pedagogo de los oprimidos.”

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