14 escoceses que el pasado martes aterrizaron en Beauvais (Francia) completamente borrachos se bajaron del avión pensando que se encontraban en la isla de Ibiza. Y así hubiera sido de no ser porque el piloto del avión de Ryanair en el que viajaban se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en tierras francesas ante la imposibilidad de controlar a un grupo de pasajeros que había puesto en serio peligro la seguridad del vuelo.
segúninforma el diario El Mundo de España, la situación fue prácticamente similar a la vivida a mediados de agosto cuando 30 pasajeros se pelearon, destrozaron el mobiliario, insultaron a la tripulación, amenazaron con convertir el vuelo en un viaje suicida y simularon la violación de las azafatas del vuelo de Ryanair FR694 que unía las ciudades de Prestwick, también en Escocia, y la isla de Ibiza.
La Guardia Civil abordó el avión cuando, milagrosamente, los pilotos lograron aterrizar en la isla tras amagar con un aterrizaje de emergencia en París, llevándose esposados al cuartelillo a cinco de sus pasajeros, y diez botellas de vodka como prueba.