La ordenanza prohíbe “los puestos fijos ó semifijos». La situación generó polémica con los vendedores de praliné, que temían ser erradicados. Al final, hubo una decisión de Jure para que sigan en el lugar.
A partir del próximo 1 de septiembre, el municipio deberá comenzar a prohibir la venta callejera en la ciudad, tal como lo determina la ordenanza 1104/11 y su decreto reglamentario.
Según subraya la normativa, se prohíbe “la realización de actividades comerciales en la vía pública en puestos fijos, semifijos o con instalaciones desmontables, con excepción de los puestos de quioscos de diarios y revistas”.
Sin embargo, en conferencia de prensa el municipio aseguró que la medida inhibitoria no alcanza “a quienes comercializan productos “de verdad” en forma ambulante”.
En ese listado se incluye “a aquellos que mediante un móvil -carro, bicicleta, moto, etc.- o a pie recorren espacios ofreciendo diferentes productos como flores, café, verduras, helados, panificaciones, ropa, artesanías, etc.-”
La situación generó una polémica a partir del temor de los familiares de un vendedor de praliné que desde hace años ocupa el mismo espacio y se convirtió en una postal tradicional del microcentro de la ciudad.
El intendente Juan Jure aseguró que está incluido entre quienes no serán erradicados. La definición surge de la interpretación municipal sobre la ordenanza promulgada el 15 de junio de 2011 ó de la decisión política de Jure, aunque nada dice la normativa al respecto.