Combate el colesterol, disminuye la formación de grasas, mantiene a raya la diabetes y la hipertensión… Cada vez son más los beneficios que estudios científicos recientes atribuyen al consumo de soja. Por ello, este ingrediente de orientales y vegetarianos parece tener cada día más adeptos.
Un buen ejemplo es la investigación llevada a cabo por la Universidad de Búfalo, en EE. UU., que concluye que en las mujeres que incorporan esta leguminosa a su alimentación el riesgo de padecer tumores de mama de tipo 1 se reduce en un 60%. En hombres, incluirla en su dieta diaria también previene uno de los cánceres que más les afecta: el de próstata.
Otro buen ejemplo es su efecto sobre la diabetes. Cómo gestionan nuestras células los azúcares depende, en parte, de una isoflavona contenida en la soja y llamada daidzeína. Este hecho explicaría por qué hay un menor número de diabéticos entre quienes consumes habitualmente este producto, como han comprobado en la Universidad de Massachusetts Amherst.
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