Intentan determinar si fue una falla técnica la que provocó el desplome de la avioneta en Villa Mercedes

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Apenas tocó el pasto verde, se incendió y los dos pilotos fueron abrazados por el fuego. El dueño era Sabini, un joven ingeniero de 36 años, quien vivía en Coronel Moldes. Su esposa está embarazada de mellizos.

 

Peritos intentan determinar si fue una falla técnica la que provocó el desplome de la avioneta en Villa Mercedes, en el que fallecieron Daniel Rubiolo y Fabricio Sabini.
La aeronave planeaba sobre un campo, cerca del cruce de las rutas provincial Nº 33 y de Circunvalación, a unos tres mil metros al noreste del aeroclub de Villa Mercedes.
Según informe el Diario de la República de San Luis, «por una falla –todavía no se sabe si fue humana o mecánica– ambos murieron cuando el avión, tras dar unos giros, se estrelló».
Apenas tocó el pasto verde, se incendió y los dos pilotos fueron abrazados por el fuego. Murieron en el acto, quemados.
El accidente ocurrió esta tarde entre las 17:15 y las 17:20, según estimó Rafael Silvio “Roby” Pérez, socio y piloto de ese aeroclub. Contó que un RAN S-6 Coyote rojo y blanco protagonizó la tragedia. “Tiene unos ocho metros de fuselaje –largo– y unos nueve de envergadura –la extensión de ala a ala–. Es un biplaza de un motor, para aterrizaje en aeropuerto de tierra”, describió. Su dueño era Sabini, un joven ingeniero de 36 años, quien vivía en Coronel Moldes, y era vicepresidente del aeroclub. La fatalidad lo alcanzó antes de que llegara a ser padre: su esposa está embarazada de mellizos.
Rubiolo era el presidente del aeroclub de Villa Mercedes y propietario de “Open”, “Always” y “Urbana”, tres radios de esa ciudad. Era hijo de Enrique “Quique” Rubiolo, compañero de fórmula y gestión de Jorge Cangiano, ex intendente de Villa Mercedes.
Hoy, antes de la fatalidad, Pérez recibió un llamado. Y es probable que Rubiolo recibiera una comunicación similar.
“Nosotros compartimos el predio con los aeromodelistas. Ellos tienen una pista, para sus prácticas, y nosotros otra. Uno de ellos vio que aterrizó un avión –era el RAN S-6– y me dijo ‘por qué no viene alguien a recibirlo’. Puede venir cualquier avión, porque es un aeródromo público. Agarré la moto, me fui al aeroclub y, cuando llegué, vi que estaba estacionado el auto del presidente Rubiolo”, contó.
En la plataforma, Pérez se reunió con los aeromodelistas y les preguntó quién volaba. Le dijeron que era una persona que vino en la aeronave y Rubiolo.
El RAN S-6 despegó. “Llegué cuando estaba en una cabecera, en una punta, decolando (despegando) para hacer circuito de pista”, contó.
Explicó que la maniobra tiene tres posiciones o etapas: inicial, básica y final. Para hacerla, el avión debe tomar una altura de 500 pies, es decir, unos 150 metros. Pero el RAN S-6 apenas si llegó a unos 50 metros.
“El problema ocurrió cuando pasaba de inicial a básica. Dio un giro de noventa grados, como para hacer una vuelta de pista y, en una de las rotaciones, antes de ingresar, bajó mucho el ala izquierda. Dio tres vueltas en tirabuzón y se estrelló”, resumió el piloto testigo.
Por la altura a la que estaba cuando se vino a pique, la situación “era imposible de recuperar”, consideró.
Apenas dio en el suelo, el avión se prendió fuego. Cayó en el campo de un hombre que, coincidentemente, también sería de Coronel Moldes.
Tan rápido como avanzó el incendio, llegó la muerte para los dos ocupantes. “Cuando advertí lo que pasaba, dije ‘se cae, se cae’. La gente que estaba en el aeroclub salió corriendo. Llamé para pedir auxilio. La ambulancia y los bomberos (del cuartel de «El Fortín») llegaron rápido, pero ya no había nada que hacer”, dijo Pérez.
Una fuente contó que uno de los cuerpos –sería el de Sabini– quedó adentro de los restos de la aeronave. El otro hombre fue hallado afuera. Al parecer, lo sacó el dueño del campo. Los rodeaba aquello a lo que quedó reducido el avión, una pila de hierros calientes, todavía humeantes. Tal fue la temperatura que levantó que el metal estaba prácticamente desintegrado, y el pasto circundante, chamuscado.
El comisario Sergio Bértoli, jefe de la Unidad Regional Nº II, informó que trabajaban en la escena los policías de la Comisaría 11ª, a cargo del subcomisario César Prado. Dijo que era dificultoso mantener comunicación con los efectivos que estaban en la zona. Y refirió que durante la noche un grupo de agentes se quedarían custodiando el lugar, hasta que llegara el personal encargado de las pericias.
Según Pérez, la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil es la encargada de las averiguaciones en este tipo de casos.
Como la aeronave es biplaza y los dos ocupantes eran pilotos ninguna de las fuentes consultadas tenía certeza sobre cuál de los dos comandaba el avión al momento de precipitarse.

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