Salieron de Facebook y tomaron las calles de Brasil como no se recordaba desde la época en que terminó la dictadura (1964-1985) cuando el pueblo exigía democracia, y desde los reclamos a favor de un juicio político contra el presidente Fernando Collor, en agosto de 1992.
Según informa el diario El País de España, lo que comenzó este viernes 14 de junio en São Paulo como un movimiento contra la subida de la tarifa del transporte público derivó el lunes en un grito histórico de indignación: cien mil personas en Río de Janeiro, 65.000 en São Paulo y decenas de miles en Brasilia, Maceió, Porto Alegre, Fortaleza, Salvador, Vitória, Curitiba, Belém y Belo Horizonte. En total, más de 240.000 ciudadanos, sin ningún líder visible, ni ninguna organización dominante, clamaron contra la mala gestión del transporte, la corrupción y la violencia policial, entre otras cuestiones.
Por encima de las pequeñas escenas aisladas de violencia, la noticia fue el orden y la paz con la que discurrieron las marchas. En Río de Janeiro un grupo de manifestantes invadió la Asamblea Legislativa. En Porto Alegre la policía tuvo que dispersar con gas a varios manifestantes que apedrearon a los agentes. En Brasilia, decenas de manifestantes tomaron durante varios minutos el tejado del Congreso. Pero nada de eso logró empañar la estampa de cientos de miles de personas caminando pacíficamente por las principales capitales del país.