Técnicos de la Provincia relevarán la escuela Fotheringham para el arribo del gas

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Tras los cortes de ruta de padres y alumnos que concurren a la escuela Fotheringham, quienes reclaman por calefacción para el establecimiento educativo, técnicos de la Provincia relevarían hoy las instalaciones para hallar una solución.
En principio, se colocaría un zepelin para abastecer al establecimiento durante el invierno. Luego, se avanzaría con la red que se encuentra a solo 30 metros.
La semana pasada, el legislador Luís Sánchez se reunió con la directora, María Cecilia Mauletti, a quien le manifestó que se utilizará un Zepelín para proveer de gas al establecimiento y avanzarán con la obra de red definitiva.
Sin embargo, los padres desconfían de la promesa oficial y continuarán con el reclamo “hasta que se concrete el anuncio”.
Por su parte, Mauletti resaltó que “la instalación del gas está hecha afuera de colegio, pero nunca se terminó la obra».
«Van a colocar un zepelín y progresivamente van a colocar el gas natural, que es lo más adecuado”, indicó.
La directiva sostuvo que “así como el gobernador De la Sota ha inaugurado 30 escuelas, debería proveer la infraestructura a esta escuela urbano marginal”.
Recordó que el año pasado debieron suspender las clases por el intenso frío que afectaba el edificio. Varios niños sufrieron enfermedades gripales y una portera padeció de neumonía.
En diálogo con Telediario, padres de los chicos solicitaron que llegue la prestación del gas y que se construya una pasarela para evitar que los estudiantes sufran accidentes de tránsito.
El sector quedó en el medio de la polémica tras una colisión fatal frente al predio de la Sociedad Rural.

Caos

La salida de los alumnos de la escuela Fotheringham es una experiencia dramática, donde chicos del primario exponen sus vidas para cruzar la ruta 8, en medio de vehículos que circulan a más de 100 kilómetros de hora.
La falta de una rotonda, la ausencia de agentes del EDECOM ó la Policía que controlen el lugar, la inexistencia de semáforos ó pasarelas para los peatones y la negligencia de quienes se niegan a reducir la velocidad, son parte de un contexto que ha provocado graves accidentes.
Niños de entre 6 y 12 años, muchos de ellos sin la compañía de un adulto, asumen como un juego el riesgo de enfrentar la ruta que divide el sector del colegio con el barrio donde residen.
«Necesitamos en forma urgente una rotonda ó alguien que controle. Vamos a lamentarnos si no se actúa», dijo una mamá que llevaba a su hija en motocicleta.
Otra joven que debió esperar 15 minutos hasta poder cruzar con su pequeña de 7 años, remarcó que «este es un colegio olvidado y si no se corta la ruta nadie se hace cargo de nada».

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