Lo confirmó el empleado que la atendió. Un relato sorprendente de un hecho inédito.
Una mujer ingresó junto a su marido y un niño a la sede del ANSES Río Cuarto y en sus brazos llevaba un chancho arropado como un bebé. El insólito episodio ocurrió hace dos semanas y la imagen fue registrada por empleados del organismo.
“Vino para inscribirlo, no lo podíamos creer”, dijo una trabajadora del lugar a TD Digital.
El chancho tenía un chupete y hasta mamadera. La mujer llegó acompañada con otro hombre y generó conmoción entre los empleados.
En las fotos registradas con el celular de un trabajador se observa a la mujer con su mascota y detrás, el publico que esperaba ser atendido.
Lo que pasó
Marcos Aostri, el empleado de ANSES, que recibió a la mujer relató a TD Digital el insólito episodio.
«Todos me preguntaron si era cierto que atendí a un chanchito y aquí va mi relato. Desde mi puesto diario de trabajo(puesto 26), atiendo a un matrimonio con un bebé cubierto con una mantita blanca al cual casi tapado completamente solo se le veía el chupete y su hermanito», recordó.
Luego, añadió: «Mientras trabajaba observando el monitor mi vista perimetral me decía que, «pobre ese bebé debe de haber nacido con un lunar gigante en su nariz o su cara…» pero yo, inmutable, no fijaba la vista en ese bebé para no incomodar a los padres»
«A medida que más chupeteaba el chupete, más intriga me daba… Lo que venían a acreditar el matrimonio era una partida de nacimiento y como con mucha seriedad y respeto que caracteriza a la gente de la zona (Adelia Maria) tambien me preguntaban sobre como realizar una guarda y/o tenencia», indicó.
Luego añadió: «Solo mi imaginación podía desenmascarar si era de ellos ese niño o era adoptado por esa pareja adorable y de grandísimo corazón para realizar ten grandiosa tarea, de hecho el hermanito, que no tendría mas de 7 años, lo llamaba pancho, automáticamente se me vino a la cabeza la imagen de nuestro querido y bienaventurado PAPA . Ahí está se llama » FRANCISCO» Me pregunté… Mi intriga había llegado a un punto límite y aprovechando a responder y antes que le dieran la mamadera que su mamá tenía en su otra mano»
«Miré de nuevo y la pura verdad es que tuve una sensación de tranquilidad y no de sorpresa cuando reconocí ese espécimen que tan maravillosamente DIOS creó que NO ERA HUMANO. Imaginate que nadie se había dado cuenta de lo que traía esa mamá, ni mis compañeros de la preorientación ni las treintena de personas que habia a su alrededor. Era un chiquito, negrito y simpático chanchito», finalizó.