Los especialistas en esta disciplina explican que ayuda a tratar patologías, trastornos de personalidad y dificultades de comunicación.
La musicoterapia es una disciplina que se extendió a nivel mundial. Es una carrera universitaria de grado y también hay posgrados en Alemania, Austria, Dinamarca, Italia, Francia, Hungría, Polonia, Reino Unido, España e Israel, Asía y Oceanía (Corea, Taiwán, Finlandia y Austria. También en Estados Unidos, Canadá, Brasil, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Perú, México, Colombia y Chile. En Argentina se dicta en cuatro universidades en Buenos Aires, una en Rosario y otra en Paraná, que forman licenciados en Musicoterapia.
Los musicoterapeutas revalorizan a la música como un producto expresivo humano, y la utilizan como herramienta para el tratamiento, ya sea para colaborar en dificultades comunicativas (patologías neurológicas, psicológicas, físicas y motoras de niños, jóvenes, adultos, y adultos mayores) motoras, sensoriales y, por sobre todo, en el aspecto emocional.
“La utilizamos en niños en la atención temprana desde el primer mes (con y sin patologías) para la estimulación cognitiva, motora, dificultades de aprendizaje, o para niños víctima de abuso y/o violencia. Además, es efectiva en adolescentes en riesgo por trastornos alimenticios, adicciones, riesgo social, rehabilitación por accidentes de tránsito y en el trabajo en escuelas contra el bullying o acoso”, explica Cora Leivinson, también licenciada en Musicoterapia, docente del curso de Difusión e Introducción a la Musicoterapia que se dicta en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. La especialista agrega que esta disciplina se utiliza en adultos con tratamientos de diálisis, recuperación del cáncer, estados depresivos, en personas que están privadas de su libertad y en adultos que asisten a centros culturales en dispositivos preventivos. Además, para cuidados paliativos en adultos mayores, y para los que padecen mal de Alzheimer y otras demencias.
Inclusiva y participativa
Los musicoterapeutas consideran que cualquier persona puede participar en sesiones de musicoterapia, ya que todos nacemos con capacidades para relacionarnos desde la música. Las personas que tienen dificultades en el lenguaje verbal, o no se sienten cómodos hablando, pueden encontrar en la música un lenguaje para expresar y trabajar sus problemáticas.
Fuente La Voz del Interior