Ordenó que se inicien nuevas investigaciones y decretó la nulidad de la prescripción en la imputación a Boretti.
El Tribunal que juzgó las trágicas explosiones en la Universidad, que provocaron la muerte de 6 personas, exigió en su veredicto que se impulse una nueva instancia de investigación para determinar las responsabilidades de la firma Desmet, la Aceitera General Deheza y el ex rector Oscar Spada.
El planteo ratificó la solicitud del fiscal Maximiliano Hairabedian y el exhaustivo alegato del doctor Jorge Valverde, abogado de 3 imputados, quien detalló cómo fue la ruta del hexano que derivó en las explosiones.
La investigación que realizó el Juzgado Federal de Río Cuarto no avanzó en las responsabilidades sobre la empresa que adquirió el hexano e ingresó los 13 tambores en un camión de mudanzas al campus. Tampoco, profundizó sobre las culpas que podrían recaer en la firma Desmet. Solo fue imputado un operario, Javier Boretti, quien terminó beneficiado por la prescripción de una acusación que lo veía como «partícipe secundario».
Los jueces calificaron la medida sobre Boretti de «nulidad absoluta» y se iniciará un nuevo proceso. Sin embargo, la querella y el fiscal esperan que también se incluya a los máximos directivos de la multinacional.
«Un caos»
En una cruda descripción de las condiciones en que funcionaba la Planta Piloto de la Universidad previo a la tragedia del 5 de diciembre del 2007, el fiscal Maximiliano Hairabedian había sostenido en su alegato que el lugar “era un verdadero caos”.
El funcionario judicial consideró probado que el siniestro se produjo debido a un derrame de hexano producto de una falla en la maquinaria utilizada. El desperfecto provocó la emanación de vapor que tomó contacto con una autoclave encendida.
“Se generó una lengua de fuego que alcanzó los tambores de hexano y desató las explosiones”, indicó el fiscal, ratificando la evaluación efectuada por los ingenieros del INTI.
Añadió que existía en la planta “un problema sistémico, en donde se vulneraron todas las normas de seguridad”
“La planta era un verdadero caos y por eso pasó, lo que pasó. El laboratorio era un lugar cerrado, sin divisorios, ni salidas de emergencia, ni baldes de arena, ni sistemas de cortes eléctricos. Se trata de elementos que podrían haberse adquiridos sin mayores costos”, enfatizó.
Hairabedian consideró que “llama la atención de que esto no haya pasado antes” y aseveró que “pese a la capacidad académica de (Miguel) Mattea -titular del grupo GIDPO-, queda clara la falta de experiencia en actividades de tipo industrial y tecnológica“
“Esto se cae de maduro porque hicieron ese experimente con en esas condiciones, utilizando una estructura que falló totalmente. Si este trabajo se hubiera hecho en una industria, cada 7 días hubiera habido explosiones, como aclaró un testigo durante las audiencias”, señaló.
El fiscal opinó que “cada uno de los imputados debió evitar lo que iba a pasar” y resaltó: “No estamos diciendo ahora que por todo lo investigado era previsible la tragedia, no hablamos del diario del lunes. En este caso, había personas que habían previsto que podía pasar y lo pusieron en conocimiento”.
“Los ingenieros Borelli y Montenegro estaban preocupados por la seguridad y en la reunión previa hicieron saber sus interrogantes. Mattea no quiso dar explicaciones, pero ya se sabía que se trabajaba con hexano y en grandes cantidades. Había ingenieros que decían ´guarda, tenemos miedo de lo que pueda ocurrir…´ Incluso el ingeniero Campetelli vio la cantidad de hexano en el lugar y salió aterrado de la planta, a punto tal que esa noche no pudo dormir”, destacó.
Como un aporte probatorio al conocimiento que existía de la experimentación, Hairabedian apuntó en su alegato al testimonio de la cuñada de Liliana Giacomelli, una de las victímas. “Cuando todavía estaba consciente en la ambulancia, Liliana le manifestó a la testigo: “Hijos de Puta, les dije que eso iba a pasar, que íbamos a volar todos… Hijos de Puta”, recordó.
Ver opinión: Diario del Juicio – El veredicto de la memoria