Opinión – «Me conmovió ese grado de madurez cívica que muestra que el paso del Radicalismo no ha sido en vano. Se marchó por los principios y postulados que históricamente sostuvimos y que ya son de todos los argentinos».
Por Daniel Frangie – Pte. Comité Departamental Dpto. Río Cuarto
Imponentes manifestaciones vistieron al país el 18 de abril, no es la primera marcha ni una marcha más. El Pueblo quiere un cambio, exige otra Argentina, reclama una alternativa que lo cobije, que lo tenga en cuenta, que lo ampare.
El mensaje de la ciudadanía es contundente, se dirige a quienes conducen el destino del País y a quienes formamos parte de la oposición y tenemos responsabilidad de oír y poder para hablar y hacer.
Al marchar observé un Pueblo movilizado. Me conmovió ese grado de madurez cívica que muestra que el paso del Radicalismo no ha sido en vano. Se marchó por los principios y postulados que históricamente sostuvimos y que ya son de todos los argentinos.
La ética en la actividad política, la austeridad republicana, la defensa de las garantías individuales y de las libertades públicas, el respeto por la Ley y el Estado de Derecho, la inclusión social y la construcción de una sociedad democrática, solidaria y con movilidad ascendente no gozan de buena salud, pero están vivos en el corazón del Pueblo.
Para transformar este reclamo en realidad se requiere de un gobierno que termine con la corrupción, un gobierno que invierta y no sólo gaste, que permita crecer sin acuciar, un gobierno comprometido realmente con erradicar la pobreza y la marginación, un gobierno que controle y no persiga, que practique el Federalismo y que comprenda que el Estado somos TODOS.
Se necesita de un Estado más descentralizado cuyo rol sea el de ayudar al que más lo necesita, garantizar igualdad de oportunidades y contribuir al desarrollo del sector productivo, público y privado.
El cambio al que hago referencia debe penetrar también al interior de todas las instituciones y en particular en el Partido. Debemos dar paso a nuevas personas, nuevas metodologías nuevas estrategias democráticas de acción y a un renovado proyecto político con acciones eficaces a esos principios fundamentales.
El reencuentro del Pueblo con sus dirigentes significó un mandato que estamos obligados a cumplir. No habrá una sola oposición y no es justo pretenderlo pero sí debemos garantizar construir una alternativa real de poder.
Al partido político más viejo de la Argentina, la historia le abre nuevamente la posibilidad de ser la fuerza aglutinante para la construcción del País nuevo. Despojados de toda soberbia y prejuicios preparemos junto a nuestros compatriotas el cambio necesario.