«Es bastante frecuente recibir pacientes en consultorio que refieren dolores en la zona mandibular, en la región más próxima al oído, en la nuca y cefaleas de las cuales no se conoce su origen», lo dice el Dr. Norberto Furman. Estos dolores en su conjunto, la mayoría de las veces, tienen su productor: el bruxismo.
Esta afección produce el frotamiento y rechinamiento de las piezas dentarias del maxilar inferior sobre el superior y que se produce inconscientemente durante el sueño y raramente durante otros momentos del día.
La causa de este apretamiento dental puede ser en ocasiones la mala posición de los dientes o muelas, producto de la extracción de alguna pieza y su no reposición, espacio que los dientes vecinos tratan de ocupar; en otros casos, puede haber una mala disposición de las piezas dentarias que no han recibido el tratamiento adecuado de ortodoncia; cualquier alteración hace que no se respete la mordida correcta, este desequilibrio genera trabas en la mandíbula que el subconsciente graba y que trata de corregir cuando éste trabaja y justamente lo hace mientras dormimos. Otro factor de gran peso en cuanto a bruxismo se refiere es el stress tan común de nuestros días y productor de tantos trastornos.
Las consecuencias que acarrea el bruxismo es la destrucción del esmalte y la dentina de los tejidos dentarios, dolores en las encías, en la articulación temporomaxilar, ruidos al abrir y cerrar la boca, cefaleas intensas con rigidez y dolor en la columna cervical.
La solución del paciente que bruxa es como primera medida la consulta con su odontólogo, quien en muchos casos se ve obligado al uso de placas de resina acrílica que se interponen entre los dientes durante las horas de sueño con el fin de evitar el choque y relajar la musculatura de la masticación.
Con respecto al dolor se imparten tratamientos con infiltraciones, ondas cortas y láser, dando como resultado un importante alivio en las zonas afectadas.
Un bruxismo sostenido a lo largo de mucho tiempo lesiona la estructura de la articulación mandibular, en esta articulación se encuentra al igual que en la rodilla, un menisco que en muchas ocasiones se traba e impide cerrar la boca, esto suele ocurrir luego de un bostezo o apertura exagerada de la boca; en estas situaciones se aplican técnicas de quiropraxia que «acomoda» el menisco aliviando los dolores y muchas veces modificando la mordida.
Por supuesto, esta técnica se usa para solucionar los problemas cervicales producto del bruxismo.
En definitiva, esta afección es más común de lo pensado, de hecho casi un 25 % de los pacientes odontológicos son bruxómanos que sufren dolores e incomodidades que tienen solución completa con una consulta adecuada y a tiempo; no espere, gran parte de su humanidad bucal corre peligro.
Fuente www.furmanenlared.com.ar