Cuando ambos fueron a la capilla de Castell Gandolfo a rezar, Ratzinger quería que Francisco se sentase en el faldistorio de honor, pero el Papa quiso que se sentaran juntos en el mismo banco.
Bergoglio partió a las 12, hora italiana, -8 de Argentina- rumbo al Palacio Apostólico donde almuerza con el papa emérito. Tras el encuentro, regresará al Vaticano.
El Papa Francisco llegó este sábado a bordo de un helicóptero a Castelgandolfo, en las afueras de Roma, para visitar al papa emérito Benedicto XVI, un encuentro histórico e inédito entre un papa reinante y un papa emérito.
Francisco despegó hacia el mediodía desde el helipuerto del Vaticano y aterrizó quince minutos después en Castelgandolfo, residencia provisional de Benedicto XVI, a donde se retiró para meditar y rezar desde que hizo efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero.
Antes de aterrizar el helicóptero dio dos vueltas sobre la pequeña localidad, a 25 kilómetros al sur de Roma, en medio de colinas y lagos.
En el palacio apostólico de Castelgandolfo, los dos papas tenían previsto almorzar juntos, según la agenda del Papa Francisco divulgada por la oficina de prensa del Vaticano.
Numerosas personas congregadas en la pequeña plaza central de Castelgandolfo aplaudieron cuando el helicóptero con el nuevo Papa sobrevoló la localidad.
Pese a la curiosidad que suscita la reunión, los dos pontífices, con sus sotanas blancas (ya que Joseph Ratzinger puede seguir vistiendo el traje papal), conversarán privadamente, protegidos de ojos indiscretos.
El Vaticano no ha fijado el horario de regreso del Papa argentino, señal de que se han dado todo el tiempo que consideren necesario para conversar.
Entre los asuntos que los dos pontífices examinarán figuran el deseo de una «nueva evangelización», que revitalice a una Iglesia sacudida por los escándalos internos que han minado su credibilidad.