Su hijo fue asesinado en un confuso procedimiento policial en Laboulaye.
Sandra Zarandòn, madre del joven asesinado en Laboulaye en un confuso allanamiento policial, se constituyó hoy como querellante en la causa para poder así acceder al expediente de la muerte de su hijo.
La mujer junto a su abogado, Héctor Villarino insisten que Álvaro Zarandòn no se encontraba armado y por tanto no habría muerto en un tiroteo con la policía sino que en cambio se trataría de un caso de “gatillo fácil”.
Expresaron además que el arma que se encontró junto al cuerpo del joven, pudo haber sido “plantada” allí.
El doctor Villarino, también expuso sus dudas sobre el dermotest practicado sobre la víctima para determinar si estuvo en contacto con un arma de fuego, y explicó que el examen debe realizarse «sobre flujo sanguíneo» y en este caso se lo hicieron al cadáver.
El hecho:
Un efectivo de la Policía de Córdoba quedó detenido por homicidio calificado tras la muerte de un joven de 16 años en Laboulaye.
Se trata de Álvaro Zarandón, de 16 años, quien habría recibido un disparo de arma de fuego el pasado viernes 9 de febrero. Dada la herida propiciada por el disparo debió ser trasladado al hospital desde donde horas más tarde confirmaron su deceso.
En primera instancia once efectivos involucrados en el procedimiento fueron detenidos, pero con el correr de las horas diez de ellos fueron liberados mientras que uno identificado como Maximiliano Celi fue imputado por Homicidio Calificado, al constatar que el proyectil que le atravesó los pulmones y el hígado sería compatible con los que utilizó la policía.
La investigación maneja dos hipótesis: La del “Gatillo fácil” que es la que esgrime Sandra Zarandón, madre de la víctima y la del “intercambio de disparos” que es la que indicarían algunos signos de la autopsia practicada sobre el cuerpo del joven.