En su última audiencia en el Vaticano dijo saber que la Iglesia «está viva». Al mismo tiempo que admitió «momentos difíciles» en su pontificado.
El papa saludó a decenas de miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para despedirse de él antes de retirarse.
Benedicto XVI fue conducido por la plaza en el papamóvil, rodeado de guardaespaldas. En medio de la Plaza de San Pedro colmada de gente. Unas 50.000 entradas fueron solicitadas para que los peregrinos pudiesen asistir a la última audiencia semanal de Benedicto XVI, pero los medios italianos estimaban que el número real de personas que asistieron podría haber sido del doble.
«El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir», afirmó el papa.
También agradeció, siempre hablando en español, el «respeto y la comprensión» con la que ha sido acogida su decisión de renunciar al papado y reiteró que la misma fue tomada «con plena libertad».
Fuente La Voz