Mercedes Erbetta, de 36 años, es una de las bailarinas de Marumbá, una de las comparsas que animan todos los sábados los corsos de Hansenkamp, en Entre Ríos. Pero lo llamativo es que fue monja durante ocho años.
La «hermana» debutó a los 20 años como bailarina destacada, pero a los 24 eligió la vida religiosa. Tras ocho años y medio como mercedaria, dejó los hábitos y ahora volvió a la comparsa.
“Yo ya había bailado en el carnaval, volver a mi vida normal era volver a bailar”, contó Mercedes a Cadena 3.
La joven señaló, además, que de pequeña vivió desde adentro el carnaval, ya que sus padres eran presidentes de la comparsa. “Nos corre por al sangre, los corsos se hacen pulmón con el esfuerzo de toda la gente del pueblo”, expresó.
Respecto de sus años en el convento, Mercedes comentó: “Yo fui religiosa de las hermanas Mercedarias del Niño Jesús en Mendoza durante 8 años y medio y alcancé a hacer los votos temporales, no los perpetuos”.
“Lo disfruté muchísimo, crecí mucho, e hice diversas actividades”, relató al tiempo que precisó: “Me encantan los apostolados, el contacto con la gente, y hasta tuve un programa de radio en Mendoza”.
La mujer señaló que decidió dejar los hábitos porque “había cosas con las que no estaba de acuerdo, hasta que llegó el momento en que sentí que ése no era el molde donde quepo”.
«En la comparsa ni referencia hacen a eso. No me lo dicen. Ellos lo deben tomar más natural que cualquiera porque saben mi historia, entonces para la gente del pueblo es más normal mi vuelta a la comparsa a que hubiese decidido no volver”, concluyó.