El delantero uruguayo que vivió su noche soñada el pasado sábado cuando le hizo a Boca los dos goles con los que River ganó el primer Superclásico del año, recordó los momentos más importantes de la noche.
«Aunque no soy muy alto, me animo a meterme entre los grandotes», dijo sobre su 1,71 centrímetros con los que saltó entre Guillermo Burdisso y Matías Caruzzo, los centrales de Boca, para convertir el primer gol.
El segundo, sin embargo, fue el que más disfrutó porque «sirvió para liquidar el partido. Estaba el recuerdo de lo que había pasado la última vez (el 2-2 que logró Boca en tiempo de descuento del partido del Inicial 2012 tras remontar un 0-2) y, entonces, cuando quedé mano a mano, no dudé: dije ‘ahora le arranco la cabeza’ y bueno, le apunté ahí».
El goleador que llegó a River cuando el equipo regresó a Primera, se emociona con la devolución de los hinchas: «Que me griten ‘uruguayo, uruguayo’ es único, ya lo había experimentado en el Monumental, pero después de dos goles en un Superclásico tiene otro sabor», contó en declaraciones al diario Olé.
En el recuerdo, Enzo Francescoli: «Cuando llegué a River pensaba que estaba muy lejos de que me cantaran como a él, pero se dio rápido y está bueno, es algo hermoso», reconoció.
El jugador que está en River a préstamo del Benfica, dueño de su pase, asegura que tiene mucho para dar en Núñez, pero que eso depende del club: «Mi idea es quedarme. Si River paga, me quedo», dijo a la espera de que el club «millonario» pague antes del 30 de junio los 3,5 millones de euros que pide el club portugués para vender el pase.