«Nunca me quedé con lo que pasó, seguí y seguí, no me importaron las trabas», dijo Rubén Caravelli en diálogo con Telediario.
Rubén Caravelli es un abuelo de 71 años que este Diciembre, tras terminar de cursar sus estudios secundarios, recibió el diploma de egresado, cumpliendo con una vieja deuda que tenía consigo desde hacía mucho tiempo.
Caravelli contó que cuando era adolescente comenzó a trabajar de sastre y luego entró como ayudante en una panadería, de la que con el tiempo se hizo dueño en Colonia Marina, pequeño pueblo ubicado a 20 kilómetros de Devoto.
Tras muchos años de trabajo, cerró ese negocio y emigró hacia la ciudad de Córdoba, donde instaló una librería y regalería.
Pero un accidente cerebrovascular truncó en 2003 su proyecto en la Capital e hizo que se radicara en Devoto, para estar más cerca de una hija y de sus nietos, que allí vivían.
«Nunca me quedé con lo que pasó, seguí y seguí, no me importaron las trabas», dijo en diálogo con Telediario Rubén, quien este año terminó el secundario y recibió su diploma como egresado de la «Promo 2012», del CENMA 172 de Devoto.
Se trataba de una vieja deuda que había quedado pendiente desde su juventud.
«Mi intención era probar siete u ocho días, y después abandonar», pero pasaron los meses y finalmente pudo culminar con sus estudios. En la escuela fue compañero de jóvenes y adultos;
«Me prendía con mis compañeros en los juegos, las bromas, las choripaneadas, en todo», sostuvo emocionado, y contó que Lengua y Sociología eran las materias que más le gustaban, pero que Matemática lo hacía «sudar la gota gorda».
Desde la Universidad le ofrecieron una beca para continuar formándose, y Rubén no descarta la posibilidad. A los 71 años «Me gustaría seguir estudiando», sentenció.